El presidente de la Xunta en funciones, Alfonso Rueda, ha pedido este jueves "unos días" de margen para "acertar" en la conformación del nuevo Ejecutivo, si bien, preguntado sobre las prioridades políticas, ha anticipado que "nadie" debe esperar "un quebrantamiento total" de la labor anterior, tras remarcar que, al igual que sus actuales conselleiros, logró el aval de las urnas el pasado domingo.
Ante numerosas preguntas de los medios de comunicación, en la primera comparecencia posterior a la reunión semanal de su Ejecutivo tras un 18-F en el que ha revalidado su mayoría absoluta con 40 escaños, Rueda se ha esforzado en tratar de no dar pistas sobre qué tiene en la cabeza en relación a su futuro Ejecutivo.
De hecho, pese a que en la pasada jornada defendió que quería un Gobierno "a plena potencia desde el primer día" y que "no habría periodos de aprendizaje", lo que apuntaba a modificaciones de corto alcance, ni siquiera ha verbalizado si prevé o no una línea continuista, (pese a ser preguntado expresamente) o qué cambios hará llegado el caso.
Como argumento, ha indicado que esta semana no ha estado específicamente centrado en esta cuestión y que será en los próximos días cuando empezará a "darle vueltas" al asunto para concretar "cuál es la mejor estructura" y "las mejores personas" para "seguir garantizando el buen funcionamiento" de la Administración autonómica.
"No quiero adelantar absolutamente nada, ni confirmar, ni desmentir a nadie", ha sentenciado, ante la insistencia de los periodistas, y se ha reafirmado que su objetivo es partir de un Gobierno que "funcione" desde el primer momento, dado que renunció "a los cien días de cortesía" convencido de que la oposición tampoco le daría ese margen.
Al respecto, ha insistido en que tiene un presupuesto que ejecutar y que Galicia "no puede parar", por lo que ve "claro" que hay que trabajar "desde el primer día". Pero ha matizado que esa convicción no implica que pueda adelantar decisiones que, según ha indicado, "tienen que ser reflexionadas para intentar acertar y escoger a las mejores personas posibles".
"Sobre futuros puestos, futuros nombres, todo se irá sabiendo durante estos días", ha asegurado, antes de volver a recalcar que está "muy orgulloso" del Gobierno que le acompaña hasta ahora -y que ya retocó tras la marcha de algunos de sus integrantes para acompañar a Alberto Núñez Feijóo en las listas del Congreso-.
"Son todos diputados y diputadas, y ahora toca pensar cómo tenemos que hacerlo entre todos para que siga siendo el mejor gobierno posible y siga mereciendo la confianza de los ciudadanos. También el resto de puestos. No quiero adelantar absolutamente nada, ni confirmar, ni desmentir a nadie. Pido unos días de plazo para acertar con las mejores personas y estructura", ha apelado.
En lo que respecta a las prioridades del futuro Ejecutivo, se ha remitido a los resultados del domingo para esgrimir que los gallegos consideran que las políticas impulsadas desde la Xunta "eran las adecuadas". "Por tanto, que nadie espere un quebrantamiento total de lo que veníamos haciendo", ha anticipado, si bien ha matizado que siempre "hay cosas por corregir".
En ello intentará trabajar, con el objetivo prioritario de cumplir el programa electoral de 872 medidas con el que concurrió a las urnas y con la "estabilidad" como base. A partir de ahí y antes de entrar en compromisos concretos, ha abogado por apostar por las políticas sociales, "blindar" los servicios públicos y generar "un entorno amigable" para atraer y mantener inversores.
También se ha referido a seguir promoviendo rebajas fiscales. "No tengo ninguna excusa para cumplir nuestro programa electoral, que fue el que la gente evaluó y, en base a él, nos dio la mayoría absoluta", ha sentenciado.
Sobre cuántas consellerías prevé, ha afirmado que, si bien no quiere "cerrar" el número, sí puede avanzar que "ni por asomo" se aproximará a la cantidad de ministerios del Gobierno central.
Así, se ha remitido al periodo de campaña, cuando fueron "muchos" los ministros de Sánchez que se desplazaron a Galicia. De hecho, ha destacado que "no les dio tiempo a venir a todos", y ha subrayado que, a su modo de ver, un número de esa amplitud es "muy inoperativo". "A los resultados me remito", ha apostillado.
Durante la comparecencia, Rueda también ha evitado pronunciarse sobre el futuro del hasta ahora presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, quien, además, ostenta el título de diputado más veterano de la Cámara autonómica, pese a ser preguntado expresamente al respecto.
La composición de la Mesa que regirá el Legislativo en la XII Legislatura autonómica se conocerá antes del Gobierno, toda vez que el pleno constitutivo será el próximo 18 de marzo. A partir de ahí, los plazos sitúan a posible investidura y toma de posesión del presidente en torno a la Semana Santa, probablemente justo después, en la primera semana de abril.
Preguntado por un análisis de resultados y si compartía que el éxito se debía a Feijóo, ha replicado que fue Sánchez y no los populares quien planteó las elecciones como "un plebiscito nacional". "Pues ahí tiene su resultado", ha dicho, antes de recordar que, en todo caso, él defendió desde el principio que él era el candidato y quien "más se jugaba, para bien y para mal".
"Me alegro muchísimo de que el resultado fuese el que fue y agradezco las felicitaciones públicas", ha aseverado, antes de concluir que, en todo caso, los éxitos "no son totales". "Me hubiera gustado en vez de tener casi un 48% (de porcentaje de apoyo) tener un 50%", ha admitido, convencido de que sus rivales, "muy lejos de gobernar", estarían "muy contentos" con su porcentaje.
Así, tras mencionar expresamente los resultados de Pontevedra y de Lugo para destacarlos, ha indicado que ahora toca ver las zonas en las que hubo bajada para analizar qué ocurrió e intentar "mejorar".
En otro orden de asuntos, ha sido preguntado sobre el juicio por acoso tras la denuncia de una trabajadora de la Corporación de Radio e Televisión de Galicia (CRTVG), en el que ha declarado su director xeral, Alfonso Sánchez Izquierdo. Rueda se ha limitado a trasladar su respeto a la justicia con independencia de cuál sea la decisión final.
"Un juicio, juicio es. Si cada vez que hay un juicio tuviésemos que prejuzgar las consecuencias, estaríamos haciendo un flaco favor a la justicia y sería injusto. Por lo tanto, nada que decir. Y respeto a la decisión judicial, sea la que sea", ha zanjado.