La Empanada Viajera, el popular obrador artesano coruñés capitaneado por el cocinero Pablo Pizarro, preparó la última de sus catas de producto. Fiel a su filosofía de divulgación de la tradición empanadera y de investigación de nuevos sabores, en la que la aportación de los clientes era esencial, La Empanada Viajera llevó meses organizando periódicamente catas en las que dio a conocer sus nuevas propuestas, pero en las que también exploró sabores tradicionales menos conocidos, elaboraciones poco convencionales o incluso hizo realidad las empanadas imaginadas por otros cocineros.
De cara a la campaña navideña, no dejaron de organizar una convocatoria más, por lo que Pizarro y su equipo aprovecharon la ocasión para celebrar la última de sus catas para 2024 y para presentar así los sabores que, en ediciones limitadas, propusieron para esta campaña.
Si por algo fue conocido este obrador artesano de Agra de Orzán, fue por su capacidad de innovación, que llevó a que junto a sus sabores clásicos, esos que no podían faltar cada día en su despacho, siempre hubiera otros efímeros, de temporada, que permitieron al equipo seguir investigando y dotaron a su oferta de un dinamismo y de una capacidad de sorpresa que se convirtieron en seña de identidad de la empresa.
Así, desde esa perspectiva, diseñaron su último evento. Tuvo lugar ayer, jueves 12 de diciembre, y, al contrario que en otras ocasiones, esta vez no se celebró en las instalaciones de su marca, sino que, para la ocasión, se aliaron con uno de los locales que formaba parte de su cartera de clientes y que compartía con Pizarro y su equipo una apuesta por la calidad del producto gallego.
La cata se celebró, por lo tanto, en el local de Rodolfus, en la calle Damas, número 2, y, como en anteriores ocasiones, el aforo fue limitado, previa confirmación por parte de La Empanada Viajera.