No hay nada más canalla gastronómicamente hablando que lo de comer con las manos. Y, precisamente esto, es lo que ha convertido a La Esquina de Valentina en uno de los restaurantes de moda de la ciudad de A Coruña. Personalidad y atrevimiento son dos de los atributos que destacan en su carta que huye de convencionalismos sin renunciar a los sabores más tradicionales. Comer en la esquina de Torreiro obliga a dejar a un lado los prejuicios y dejarse llevar por el caos más perfecto del chef Nacho Moreira que combina a la perfección los ingredientes de siempre con técnicas y tendencias culinarias de vanguardia gastronómica.
En La Esquina de Valentina lo mejor es pedir y compartir para poder probar las propuestas de carta. Como no se usan cubiertos, hay que ir con la mente libre para probar, embadurnarse y disfrutar de los sopeteos sin rubor. No se puede empezar el festín sin probar la empanada rara de zamburiñas, completamente deconstruida fiel reflejo del carácter atrevido del chef coruñés. Continuar con las “croquetas de jamón sin jamón” es, cuanto menos, llamativo o con los “mejillones como hoy toquen”, dos de los platos que más se repiten en las comandas.
El bocata de caldeirada de raya -en el que la ajada está presente en la masa del pan-, o el de callos forman parte de sus bestseller. Y, para los que quieran disfrutar de un buen bocado de carne, no pueden dejar de lado ni el bocata de albóndigas de jabalí con setas o el brioche de chuletón. El local está integrado por las diez mesas de las que disponen, entre terraza e interior, convirtiéndose en toda una experiencia gastronómica de la que hay que disfrutar sí o sí.
Para acabar, la carta de postres no defrauda pero para tocar el cielo, el comensal debe probar el pastel de tres leches que hace recordar en un solo bocado que La Esquina de Valentina es uno de esos locales de la new age de la gastronomía coruñesa que cada día lo toma como una oportunidad de sorprender.