El primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, perdería unas elecciones generales, si se celebraran ahora, por ocho puntos porcentuales de diferencia frente al líder laborista, Keir Starmer, según una encuesta publicada ayer por el diario “The Sunday Times”.
Al jefe de Gobierno británico le pasaron factura en las últimas semanas las filtraciones a la prensa sobre diversas celebraciones y reuniones sociales en Downing Street y otros departamentos del Ejecutivo durante la pandemia de coronavirus, en contra de las restricciones vigentes.
El sondeo de la firma Focaldata se llevó a cabo con las respuestas de 25.000 personas recogidas durante un periodo de tres semanas, dentro del cual se produjo una rebelión interna de los conservadores en contra de nuevas restricciones por el coronavirus.
Una facción del partido amenazó a Johnson con convocar una moción de confianza sobre su liderazgo si trata de aprobar más medidas.
La encuesta, cuyo resultado va en línea con otras divulgadas en las últimas semanas, sugiere que el Partido Laborista recuperó terreno en el “cinturón rojo” del norte de Inglaterra, una zona en la que tradicionalmente obtenía buenos resultados pero que se volcó en los últimos años en el respaldo a Johnson y su mensaje favorable al Brexit.
En el conjunto del país, el líder de la oposición, Keir Starmer, sumaría ahora el 40% de los votos, frente al 32% Johnson, según los datos del sondeo.
Tras los comicios en los que el líder conservador logró la mayoría absoluta, a finales de 2019, las próximas elecciones generales en el Reino Unido están programadas para mayo de 2024.
Por su parte, Johnson sigue aferrado a la gestión que realiza sobre la extensión de la variante Ómicron del covid para capear la tormenta política desatada por los sucesivos escándalos que afectan a su Gobierno.
Johnson continúa evaluando el ritmo de la propagación del coronavirus, analizando los datos “cada hora”, según afirmó esta semana a los medios.
Presionado por el ala más dura de su partido, el jefe de Gobierno se mantiene indeciso sobre las restricciones, en un claro reflejo de la debilidad de su liderazgo.
Hace una semana, casi 100 diputados conservadores desafiaron su autoridad en el Parlamento al votar en contra de la obligatoriedad de presentar pases covid para grandes eventos.