El exmandatario Luiz Inacio Lula da Silva y el presidente Jair Bolsonaro cerraron ayer sus campañas en los mayores colegios electorales de Brasil, que serán decisivos para la ajustada segunda vuelta de las presidenciales del domingo. Lula, favorito en todos los sondeos, participará en una marcha en la icónica Avenida Paulista de la ciudad de Sao Paulo para “celebrar la democracia”, en compañía de sus principales aliados, entre ellos su compañero de fórmula, el liberal Geraldo Alckmin.
La asesoría del exjefe de Estado (2003-2010) señaló que será “un desfile”, al que invitaron a los entregadores de aplicaciones móviles y que estará dividido por colores, cada uno de los cuales hará referencia a un “desafío” social y político de Brasil.
El expresidente, abanderado de un amplio frente progresista al que se sumaron fuerzas de centro y centroderecha, pasará la noche en la región para votar al día siguiente en Sao Bernardo do Campo, su cuna política, situada en la zona metropolitana de Sao Paulo.
El estado de Sao Paulo es el mayor colegio electoral del país, con 34,6 millones de electorales, que también tendrán que elegir el domingo a su nuevo gobernador, entre Fernando Haddad y Tarcisio Gomes de Freitas, apadrinados de Lula y Bolsonaro, respectivamente.