El expresidente de EEUU Donald Trump dijo ayer que es víctima de la persecución de un presidente “lunático” que hizo de EEUU una “nación fracasada” y sostuvo que los cargos penales que le imputaron son una “interferencia” para impedirle llegar a la Casa Blanca otra vez.
Su primera declaración tras ser fichado e imputado penalmente en un juzgado de Nueva York fue una combinación de victimismo, duras acusaciones al presidente demócrata Joe Biden y al fiscal Alvin Bragg con una dosis de electoralismo. Trump regresó a Palm Beach (Florida) desde Nueva York en su Boeing 757 al terminar su trámite judicial y poco después estaba hablando ante una audiencia en uno de los salones de su mansión Mar-a-Lago. “Nunca pensé que ocurriría algo así”, comenzó diciendo el expresidente que a sus 76 años aspira a ser elegido candidato republicano para las elecciones de 2024.
Trump repitió su teoría infundada de que fue víctima de un fraude en las elecciones de 2020 y pintó un panorama desolador bajo la Presidencia de Biden, de quien dijo que él y su administración hicieron más “daño” a EEUU que los cinco peores presidentes de la historia. Trump fue acusado de 34 cargos de falsificación de registros mercantiles, de los que se declaró no culpable ante el juez Juan Merchan.
No había habido hasta ahora un expresidente estadounidense que hubiera sido acusado penalmente. “Este caso infundado se hizo para interferir en las elecciones de 2024 y debía ser desestimado de inmediato”, subrayó en su declaración.
Según explicó el fiscal de Manhattan Alvin Bragg, que fue junto con Biden objeto de la ira del expresidente, Trump fue acusado por presuntamente haber orquestado una trama legal para pagar el silencio de tres personas que podían perjudicar su campaña para la Presidencia en 2016, incluida la actriz porno Stormy Daniels.
Trump dijo que Bragg es “el único delincuente en esta historia” y debería renunciar. Y también reiteró que el magnate financiero George Soros es quien está detrás de las actuaciones del fiscal.