Elevar el ánimo y la confianza, además de encontrar trabajo, son las premisas de los talleres de empleo que desde los ochenta del pasado siglo organiza el Ayuntamiento de Culleredo. Y, por las manifestaciones realizadas por varios alumnos del seminario que se clausuró ayer, parece haberse alcanzado. Hasta el momento, al menos, las dos primeras.
“Es el modo para salir de este pozo, del pozo del desempleo”, apuntaba Antonio sobre las características de este último taller especializado en carpintería y operaciones básicas de revestimientos ligeros denominado ‘Culleredo Activo II’. Una iniciativa que por tercera vez se coordinó con A Coruña con el objetivo de recibir recursos financieros de la Consellería de Promoción do Emprego para formar a 20 parados.
“No tenía ni idea de como usar un taladro y ahora puede defender un puesto de peón de carpintería”, más descriptiva que su compañero Antonio es Manuela vecina de Almeiras y desempleada al igual que él.
Para ella y para el resto se abre un campo de posibilidades laborales gracias, también, al incentivo que supone para las empresas que el Ayuntamiento colabore económicamente en su contratación, en principio, temporal.
El alcalde de Culleredo, José Ramón Rioboo, acompañado por Javier Campo, en representación de la Xunta, y Juan Carlos Lovelle, responsable municipal de Formación y Empleo, presidió el acto y manifestó sentirse orgulloso de poder impulsar iniciativas para facilitar “una inserción laboral real”.
El regidor adelantó que se está redactando el proyecto para un nuevo taller que incluirá la reforma de los pisos superiores del edificio de Servicios Múltiples de O Burgo, epicentro de la actividad cultural y social de este poblado enclave urbano.
Rioboo también destacó que la mayor parte del patrimonio arquitectónico del municipio se recuperó a través de este tipo de iniciativas. Recordó que gracias a los talleres se rehabilitaron elementos como el puente medieval de O Burgo o la casa de los peones camineros de Acea de Ama.