Lo habitual cuando alguien se mete en obras es que el coste final se haya disparado respecto al presupuesto inicial; sin embargo, el Ayuntamiento de Oleiros ha logrado la cuadratura del círculo y sin haberlas empezado. Tiene previsto gastar medio millón de euros menos de lo previsto en la construcción del último tramo del paseo marítimo local: el que enlazará la playa de Naval y el núcleo de Canide, en la parroquia de Dorneda.
No obstante, aunque todo economista de la escuela austríaca aplaudiría esta medida de ahorro, existe cierta ‘trampa’. Y no es otro que un modificado del proyecto inicial que implica algunas variaciones para hacerlo más sostenible y reducir el impacto medioambiental y paisajístico.
“Entre outros cambios, o ancho da senda será de catro metros e non de seis como estaba contemplado inicialmente e aproveitaranse algúns camiños xa existentes”, indicaba ayer el alcalde, Ángel García Seoane, en su habitual intervención radiofónica de los martes en la emisora local de la Cadena Ser.
Esta reforma supondrá un recorte en el abono de adquisición de terrenos. Una compra que todavía se está negociando con los propietarios puesto que el Gobierno local prefiere un acuerdo a una expropiación.
La futura senda peatonal, cuya construcción se iniciará en breve, tendrá una longitud de 2,5 kilómetros y finalmente tendrá un coste de algo más de dos millones de euros.