Se muestra contento y aplaude el voto contrario del pleno coruñés, el pasado jueves, a la instalación de una planta de tratamiento de residuos oleosos en el muelle de Oza pero continúa con la mosca detrás de la oreja.
“Alegroume o acordo do pleno. Alegroume que ningún partido se opuxera a que se saque de ahí a planta que é moi contaminante y que se lle busque outra ubicación”, dijo ayer el alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, sin embargo a esta decisión le falta otra.
“O Concello da Coruña ten que denegar a licencia. É un problema gravísimo o que temos todos os coruñeses con esa planta. E non entendo como a Xunta deu licencia”, añadió el regidor.
Se refiere García Seoane a la decisión de la Consellería de Medio Ambiente que anunció a principios de mes que no iba a poner obstáculos a la instalación de la planta por parte de Limpoil.
Esta licencia es la denominada autorización ambiental integrada, el último trámite del proceso administrativo tras la evaluación de impacto ambiental positivo de 2017.
Recurso a los tribunales
Cabe recordar que el propio García Seoane anunciaba la pasada semana que tenía previsto recurrir a los tribunales de justicia si se otorgaba licencia a la planta.
Principalmente el regidor desconfía de la capacidad de Limpoil de llevar a cabo su cometido ya que acusa a la empresa de haber sido sancionada, en su momento, por realizar vertidos ilegales desde una nave del polígono de Icaria, en Montrove.
Sin embargo, no es solo Oleiros el que ha iniciado una campaña contra la planta de residuos. El grupo municipal de la Marea Atlántica fue el encargado de plantear en el pleno coruñés una propuesta de la asociación de Oza, A Gaitera y Os Castros.
Tanto para los vecinos como para la formación independiente el riesgo de vertido es inasumible en una zona en la que confluyen el uso público, la producción marisquera y la riqueza ecológica de la ría de O Burgo, tal y como denunciaron en el pasado mandato y tal y como reivindica la entidad.
Así le reclamó al Ayuntamiento coruñés que impugne la autorización autonómica concedida a estas instalaciones que operan con aceites de buques altamente contaminantes para situarse justo frente a la playa de Oza y el Club Marítimo El Puntal, y muy cerca de un banco de marisqueo estable, activo y de alta calidad que permite la comercialización directa sin pasar por depuradora.
La Marea argumenta que cuando el proyecto salió a exposición pública, en 2017, estaba previsto verter parte de las aguas de las instalaciones al mar a través de la red de pluviales.
No obstante concreta que, debido a los alegatos que presentó por aquel entonces el gobierno de Ferreiro, y que la Xunta tuvo en cuenta, ahora Limpoil está obligada a conectarse al saneamiento para que sus aguas residuales sean tratadas en la estación depuradora de Bens, eliminando los vertidos directos al mar.