Paz, concordia y felicidad. Pues, no. El vocabulario utilizado ayer en el pleno del Ayuntamiento de Oleiros fue robo, atraco y siseo, entre otras lindezas, más propio de un juzgado de lo Penal que de una reunión de concejales en plena época navideña. Aunque ya son notorias y públicas las diferencias de los ediles de Alternativa dos Veciños con sus homólogos de los partidos Popular y Socialista, los reproches, desplantes y descalificaciones proferidos durante la sesión se debían a las alegaciones presentadas por la oposición a la nueva normativa que eleva la cuantía de las tasas e impuestos municipales, entre ellos el IBI, la ORA y el rodaje de vehículos.
Tanto los portavoces del PSOE como del PP coincidieron en la denuncia de que la subida tenía como motivación financiar las obras de construcción del edificio multiusos de Bastiagueiro. “O capricho dun señor feudal”, llegaron a calificar el inmueble que supone una inversión superior a los ocho millones de euros.
Por su parte, el alcalde, Ángel García Seoane, insistió en defender el incremento de tasas en el hecho de que algunas llevaban 21 años sin actualizarse.
“Impostos como os da auga temos que subilos porque polo menos temos que cobrarlle os veciños o que nos cobra Emalcsa a nós”, apuntaba el regidor, al tiempo que acusaba a la oposición de forzar la convocatoria de plenos con fines meramente lucrativos.
La sesión fue aprovechada para aprobar, por unanimidad, la participación del Ayuntamiento en un plan de la Diputación.