El circo montado sobre los casos de espionaje en España, es único, de ahí, que, también seamos diferentes a los demás. Cuando solo el presidente debía ser él responsable de tales escuchas, en defensa de los que tienen que cuidar de la seguridad del Estado, sus motivos tendrá para no haberlo hecho así y acallar a los que se sentían espiados y no arrastrar a la cabeza visible del CNI, como se hizo.
Los que se sienten espiados, tendrán razones de sobra para que así se hiciese y detrás están los problemas de ruptura con el Estado actual. Solo si se está en contra del mismo. Por tanto el Estado tiene que tener sus medios de defensa para evitar casos como una hipotética ruptura nacional ó un caos premeditado por cierta clase política, más interesada en sus juegos personales, que en dar solución a los problemas de los ciudadanos.
Estos son muchos, la clase política, interpreta que este circo de chapuza nacional, desvía la atención del ciudadano de sus preocupaciones diarias, nada más lejos de la realidad, desvía el sentir diario de sus cosas cotidianas. Los únicos que se entretienen en este descomunal desacierto, es la clase política, que mientras se ocupan de sus prebendas personales, se olvidan de los verdaderos motivos para los que han sido elegidos. Si no van a ocuparse de lo que le interesa a la gente, como es la cesta de la compra, con unas subidas de escándalo, como también lo es, la luz, el gas ó los combustibles, además del trabajo y el salario que cada vez se achica más con todas estas subidas.
Que le interesa al ciudadano de a píe, que el político de turno fuese espiado, por algo sería, si no cumple con el mandato de la Constitución, como separatistas, nacionalistas ó radicales, más enfrascados en peleas intestinas, y sus prebendas políticas, que del bien ciudadano.
Pedro Sánchez, lejos de responsabilizarse del problema político y llamar al orden a las fuerzas que se consideran espiadas, opta por el camino más sencillo, destituir a la directora del CNI. Haciendo suya la complacencia de sus socios, en cuya lista los catalanes consideran es insuficiente. Si lo que persiguen desde hace más de treinta años, es apartase de la unidad de España y les falta tiempo para hacerlo.
Todos los países del mundo, tienen su centro de seguridad nacional, el cual es una forma de que el Estado controle a los descontentos con el sistema ó sobre aquellos que maquinan la ruptura unilateral, en este caso, de España. Una institución que tiene que estar a salva guarda de todo descalabro, la seguridad nacional española, quedó seriamente dañada, Sánchez, nunca ha estado a la altura de ser un mandatario que velase por la seguridad de España.
Solo aspira a finalizar la legislatura, no será capaz de romper con la indeseable compañía de viaje elegida por él mismo. Su enemigo, no está en la oposición, sino en casa. A este paso en los próximos comicios su bagaje será muy pobre y los resultados demostrarán la torpeza de estos años de travesía por el desierto. Toda una chapuza nacional.