De todo el culebrón Djokovic lo que me queda en la retina es una evidencia: es un tramposo y cuando le pillan miente o echa la culpa a otros. Porque los hechos son tozudos y muy claros y demuestran, que su intento no era otro que colarse por la puerta falsa, intentando además escurrirse del asunto central sin destaparse, ni siquiera en lo que es: un antivacunas. Que sí, que se le había escapado alguna vez pero hacia mucho. Pero no coló. El hecho relucía por su ausencia. Simplemente era que en dos años de pandemia no le ha dado la real gana de hacerlo. Y que lo que pretende con todos estos enredos, es no tener que afrontar las consecuencias, ocultándolo.
Pero lo que resulta demoledor son sus trampas y mentiras. Y su desarrollo y táctica la más vieja y contrastada en la historia de todos los mentirosos pillados en mentira que en el mundo han sido.
Vayamos a lo de su último y presunto positivo. No soltó prenda hasta que no le quedó más remedio. Entonces ya dice que fue allá por el mes de diciembre. Pero resulta que después se sabe que el estuvo de galas, abrazos y hasta con niños. Entonces da ya una segunda versión: que no se lo dijeron hasta después. Vamos que tardaron más de un día. Y nosotros debemos de creerlo. Pero no vale ni eso porque entonces lo que salta es que el 18 siguió como si tal cosa y se fue a hacer una entrevista con L’Equipe a cuyos periodistas no les dijo que estaba contagiado. ¡Que machote! Lo que si les prohibió es que le preguntaran por la cosa de la vacuna o se quedaban sin interviú.
Sucede lo mismo con su viaje desde Serbia a España. Lo oculta y miente en el documento fronterizo australiano donde se afirma que no ha viajado a ningún sitio en las últimas dos semanas. Había llegado a España desde Serbia antes de fin de año y es desde aquí desde donde luego y vía Dubai había partido para Melbourne. Y ¿qué pasa?. Pues que cuando de nuevo le pillan y como esto le puede acarrear graves consecuencias, hay sitios que son muy serios con tales cosas, ahora el “error” se lo quita de encima y dice que no fue quien rellenó el papel. Y nos tenemos que creer que el “propio” puso eso así a tun-tun. Con un agravante en la historia, que también había entrado ilegalmente en España, pues Serbia es uno de los países en la lista por la que sus ciudadanos no pueden entrar a nuestro país si no están vacunados.
Pero le ha acabado pasando en Australia. Y lo dicho, sin entrar en los considerandos jurídicos de la dura batalla planteada, lo que ha quedado demostrado es que en todo este periplo ha ido dejando todo un rastro de ocultaciones, de trampas y de mentiras. Todo ello para no afrontar las consecuencias de sus actos o de sus dejaciones. Vamos, un poco pretender que yo hago lo que me viene en gana porque para eso soy quien soy y usted no sabe con quién está hablando. Ha sido cuando el Gobierno canadiense y los tres magistrados de su Tribunal Federal, por unanimidad le han dicho que si lo sabían y que puerta.
Una puerta que cada vez se le está cerrando más y por todos los lados. La ultima la de Francia y el Roland Garros. Sus trampas ya no cuelan. ¿A ver qué hace ahora?. Se admiten apuestas.
PD. La gritona y exacerbada troupe que le ha salido por nuestros pagos de admiradores al considerarlo su líder mundial antivacunas han rematado la faena dedicándose, por apoyarlo, a insultar de la peor manera a Rafa Nadal a quien han convertido en la bestia negra. Y eso sí que, para una muy inmensa mayoría de españoles, es una estupidez supina y cruzar la más peligrosa de las líneas.