Después de varias jornadas de paro, los transportistas comienzan a trabajar al haber llegado a un acuerdo entre las partes. Salvo la plataforma que la había convocado, la cual sigue apoyando el paro de modo oficial, para sus afiliados, aunque poco a poco, se van, sumando al quehacer diario de tomar los mandos de su herramienta de trabajo y ponerse al tajo en la carretera. Ante la escasez de suministros generalizados en toda el área comercial, industrial y demás sectores que se hallaban al borde del caos, como los ganaderos y la industria láctea en particular. Unas carentes de pienso y forraje para sus ganados y los otros sin poder enviar la leche a sus centrales y perdiendo el contenido de aquella.
No puede, ni debe convocarse una huelga de este tamaño, sin ver y acometer unos servicios mínimos indispensables para cubrirlos y evitar por causa de una subida desorbitada en el combustible que todos los sectores económicos se vean afectados tan directamente por un paro de intereses personales. El combustible está por las nubes, no, solo, para transportistas, también lo esta para el que dependa de su vehículo para desplazarse al trabajo diario y no por ello deja de hacerlo, es de sentido común.
El transporte, si quiere un carburante barato, tendrá que crear un modelo de compra directa a las grandes petroleras y estas le hagan un precio especial según su volumen de compra, es una solución la compra al por mayor.
Las plataformas que llegaron a un acuerdo con el gobierno, lograron una rebaja de veinte céntimos litro, así como la obtención de un paquete de medidas de mil millones de euros. Este será el caballo de batalla que no contenta al gremio, habrá que ver como funciona el mismo y sus condiciones, entrando en vigor el pasado 1° abril y durará hasta el próximo 30 de junio, con opción de prórroga. Aunque el acuerdo se está tildando por el sector como “papel mojado”, no obstante debido a que la plataforma que convocó el paro, no se hallaba presente en las negociaciones, no se dio por aludida y plantó cara, al Ministerio en la sede de Transportes de Madrid. Hasta lograr ser recibida y exponer sus puntos, sin llegar a acuerdo alguno y por tanto se negó a levantar el paro.
De todos modos, los camioneros empiezan por su cuenta a incorporarse al trabajo, viendo que el resto de las plataformas han logrado incidir con su presión al gobierno ante el desabastecimiento generalizado en que se encontraba la ciudadanía y el malestar que empezaba a ser una preocupación del gobierno y también de las plataformas, decidiendo aceptar la propuesta formulada por transportistas y levantar el paro, al que se habían sumado algunos taxistas de varias ciudades, así como los agricultores y también la flota pesquera de bajura y altura de casi toda España.
Esta situación, encendió las alarmas del gobierno y apuró en hallar una solución al paro, no es la mejor fórmula, solo es la que propició de momento salir del paso y volver a la normalidad. Algo que se debió abordar con tiempo y hallar una mejor solución de futuro.