La viróloga del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Margarita del Val recordó ayer la importancia de “vigilar la calidad del aire” debido a su incidencia para “controlar futuras epidemias”.
Durante su intervención en la conferencia inaugural del XXIV Congreso Español de Toxicología y VIII Iberoamericano en Córdoba, la viróloga del CSIC subrayó, a su vez, la “eficacia y seguridad de las vacunas” de esta pandemia.
“Si la gran epidemia de cólera del siglo XIX evidenció la importancia de potabilizar el agua, la crisis del coronavirus ha puesto sobre la mesa la necesidad de vigilar y controlar la calidad e higiene del aire para evitar futuras pandemias”, concluyó Del Val ante los más de 150 especialistas que se dieron cita en la Universidad de Córdoba para intercambiar conocimientos en torno a la seguridad alimentara, y la toxicología ambiental, clínica, experimental, forense y veterinaria.
La doctora resaltó la necesidad de alcanzar niveles de aire más limpio y “menos respirado” para disminuir la capacidad de infección de los patógenos que se transmiten por aerosoles. Para ello, señaló, “es fundamental” contar con indicadores de medición de dióxido de carbono y con la “colaboración de diversos grupos interdisciplinares que trabajen conjuntamente desde distintas áreas como la ingeniería o la arquitectura”.
La también inmunóloga del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa realizó un repaso de los principales hitos de los últimos años a raíz de la pandemia del covid, y recordó la importancia de reforzar la memoria inmunitaria, especialmente, en personas mayores, y la eficacia de las vacunas frente al coronavirus.
“Se trata de las vacunas más seguras que ha habido porque sobre ellas se ha puesto la lupa más potente de fármaco-vigilancia que hemos tenido nunca”, comentó la viróloga, quien atribuyó la rapidez con las que se desarrollaron estas vacunas a la financiación recibida y al número de ensayos clínicos y de voluntarios que se presentaron.
En cualquier caso, y en relación al contexto actual, del Val concluyó que, “aunque no hay que tener miedo, es importante no exponerse a situaciones de riesgo durante mucho tiempo”.