La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó ayer un borrador conceptual para un tratado internacional, convención o instrumento legal similar para la lucha contra futuras pandemias, que entre otras cosas propone mayor transparencia a las farmacéuticas o redes permanentes de distribución de fármacos.
El borrador se presentó en la tercera reunión del órgano intergubernamental de negociación que se celebra del 5 al 7 de diciembre, como un posible texto inicial, aunque en febrero y marzo de 2023 se creará la verdadera comisión para la redacción del tratado y no se espera que ésta termine hasta 2024.
En sus primeras líneas, el borrador subraya que “la amenaza de las pandemias es una realidad, y éstas tienen consecuencias catastróficas en lo sanitario, lo económico lo político”, por lo que deben “aprenderse las lecciones del covid” y brotes recientes como los de ébola, zika o incluso viruela del mono (rebautizada como mpox).
El texto provisional indica que la respuesta a estas amenazas “debe ser proporcional, restringida a los riesgos sanitarios, y debe evitar interferencias innecesarias con el tráfico y el comercio internacional”.
En los apartados de aplicaciones prácticas del tratado, se sugiere construir un sistema global de producción y distribución de productos para responder a una pandemia, para evitar que se repitan los problemas de suministro que el covid evidenció especialmente a inicios de 2020.
Del mismo modo, reclamaría el desarrollo de mecanismos para la transferencia de tecnología y conocimientos en la lucha contra patógenos con potencial pandémico, lo que podría incluir suspensiones de patentes, que según el borrador “son una barrera para la producción” de fármacos.
Esto contrastaría con lo ocurrido en la pandemia, donde las patentes para las vacunas solo se suspendieron a mediados de 2022, tras arduas negociaciones en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y hoy siguen vigentes en el caso de tratamientos y diagnósticos.
El borrador del tratado exhorta a garantizar la financiación pública de vacunas, tratamientos y otros productos contra posibles pandemias, y tomar medidas para limitar las cláusulas de confidencialidad en los contratos comerciales entre farmacéuticas y Estados. A dichas farmacéuticas, el borrador les pediría “mayor transparencia sobre la financiación de la investigación y el desarrollo de los productos de respuesta a las pandemias”.
Estas compañías por ejemplo deberían hacer públicos sus precios y términos contractuales en su venta a Estados de fármacos, vacunas y otros productos contra las pandemias. También propone una mejora de los sistemas de preparación y respuesta, de las capacidades de los trabajadores sanitarios “protegiendo su empleo y bienestar”, y el desarrollo de planes de respuesta que “identifiquen poblaciones prioritarias” para el acceso a ayuda sanitaria.
Sugiere que los países realicen simulaciones periódicas de la preparación de sus sistemas, y medidas para contrarrestar la desinformación.
El texto llamaría a la creación de un órgano rector que se reuniría periódicamente en el formato de conferencia de las partes, de manera similar a como lo hacen, por ejemplo, los países signatarios de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.