AURARTE, la firma de joyería que transforma residuos en arte y conciencia ambiental

AURARTE, la firma de joyería que transforma residuos en arte y conciencia ambiental
Unos pendientes de la firma AURARTE. I Marc Varez

Cuando pienses en AURARTE, no debes pensar solo en joyería artesanal. Este proyecto es un manifiesto de conciencia ambiental, un homenaje a la naturaleza y una prueba de que el arte puede dar una segunda vida a los residuos, transformándolos en piezas únicas cargados de historia. Cada creación nace de la reflexión, la crítica social y la búsqueda de una conexión más profunda con nuestro entorno. 

 

Detrás de AURARTE está Claudia Nuñez Carvallo, una artista multidisciplinar que ha encontrado en la joyería una forma de expresión comprometida. Su camino comenzó en 2016, durante su etapa universitaria en la Facultad de Bellas Artes de Madrid, donde investigó la relación entre el arte y su mensaje, centrándose en la desconexión del ser humano con la naturaleza. Fue entonces cuando empezó a trabajar con residuos generados por el ser humano y la resina como medio para encapsularlos a nivel  escultórico, buscando reflexionar sobre el centro de cada individuo, su naturaleza más pura y  nuestra meta como sociedad e individuo. 

 

Cuando llegó la pandemia en 2020, su necesidad de seguir creando la llevó a adaptar su arte al formato de joyería. "Mis intereses siempre habían sido artísticos en formato escultórico, pero al no tener  acceso a un espacio de creación amplio se me ocurrió probar a hacer joyería para uso propio de  unos moldes que tenía por casa. Tenía gran ilusión, ya que suponía llevar conmigo un cachito de  mis obras de arte”, afirma Claudia. 

 

Claudiau00a0Nunu0303ez Carvallo luciendo varias de sus piezas. I Marc Varez
Claudia Nuñez Carvallo luciendo varias de sus piezas. I Marc Varez

 

Su amor por la naturaleza la había llevado a recolectar pequeños tesoros, como flores prensadas y arenas de sus viajes, los cuales comenzaron a ser parte de sus piezas. Y en este proceso, se dio cuenta de que también podía integrar los residuos plásticos y materiales contaminantes que encontraba en las costas.

 

El nombre AURARTE nació de una necesidad: reivindicar el aura de lo cotidiano. "En un mundo lleno de prisas, a menudo pasamos por alto la belleza efímera de las cosas. Y  AURARTE nacía con el compromiso de darle la relevancia eterna que se merecen. Buscaba volver  a conectar al ser humano con la naturaleza, con su naturaleza. Y a su vez trabajaba el material  reciclado, como mensaje reivindicativo sobre el respeto que se merece dicha naturaleza. Comencé a crear amuletos que nos conectan con el aura de la naturaleza y con  nosotros mismos, siendo piezas artísticas y conceptuales con una reflexión ética y moral detrás”, comparte Claudia.  

 

Su objetivo es claro: reconectar a las personas con la naturaleza y, al mismo tiempo, generar conciencia sobre la importancia del reciclaje y el consumo responsable.


LIMPA MAR: la colección más significativa 

 

LIMPA MAR es la esencia de AURARTE, una colección de joyas creadas a partir de residuos recogidos de las costas, como microplásticos, cabos, redes y vidrios. “Me siento más cómoda y lógica con esta reivindicación. Le quito a la naturaleza lo que le sobra, no lo que la hace hermosa”, explica Claudia.

 

La misión de AURARTE siempre ha sido generar conciencia, respetar y admirar la naturaleza. Por ello, LIMPA MAR se ha convertido en la colección principal del proyecto. Actualmente, esta línea es el foco principal, ya que representa de manera más coherente el mensaje de sostenibilidad y transformación que impulsa la firma. 

 

Sin embargo, las colecciones creadas con elementos naturales, como PRIMAVERACOSTA, siguen siendo parte de la identidad del proyecto. Estas piezas, inspiradas en la belleza de la naturaleza, se presentan en formato cápsula, con una producción muy limitada para garantizar el máximo respeto al entorno. 

 

 

El proceso de recolección y creación

 

La recolección de materiales es una parte fundamental del proyecto. Claudia, junto con su pareja Rodrigo y su perro Jazz, recoge residuos en sus paseos por la costa. "Es un pequeño acto que no cuesta nada y que todos podemos hacer... aunque a veces pensamos en ponerle un carrito a Jazz para que nos ayude", comenta con humor.

 

De todo lo que recoge, selecciona minuciosamente aquellos materiales que puede transformar en arte. “Me fascina cómo la marea, la sal y el sol erosionan los plásticos, creando tonalidades y texturas únicas”, comparte Claudia, quien encuentra belleza en la imperfección, un concepto que recuerda al Wabi-Sabi japonés.

 

Su admiración por la huella del tiempo en los materiales no es casualidad, es una sensibilidad que comparte con su padre, Miguel Núñez, artista multidisciplinar. Desde siempre, ambos han sentido una profunda atracción por la estética de lo imperfecto, por esas formas y texturas que narran el paso del tiempo y encuentran su propia armonía en la irregularidad.

 

En su taller, clasifica los residuos por colores y materiales, los corta a mano y los encapsula en resina no tóxica, la misma utilizada en tablas de surf, lo que garantiza su durabilidad. "Al principio usaba resina ecológica, pero se degradaba rápidamente, generando más residuos. Era importante para mí que el producto final fuera duradero y sostenible", explica.

 

Claudia recoge residuos en sus paseos por la costa. I CEDIDA
Claudia recoge residuos en sus paseos por la costa. I CEDIDA

 

Concienciar a través del arte

 

Más allá de crear piezas únicas, Claudia busca generar conciencia. "Quiero que la gente sea más responsable con su consumo y se cuestione de dónde provienen los productos que compra", dice. También espera inspirar creatividad y mostrar el potencial del reciclaje en la economía circular.

 

El impacto emocional también es vital. "El producto final es solo un medio de divulgación. Lo importante es que alguien conozca el proyecto, se cuestione las cosas y actúe. Si logro eso, Aurarte ya ha cumplido su misión", añade. 

 

Cada joya de AURARTE es única, pero Claudia tiene un apego especial por ciertas piezas. "Las que tienen fondo negro hacen alusión a la catástrofe del Prestige, transmitiendo un mensaje más crítico. Pero las que conservo con resina transparente representan un mar limpio, y esa simpleza también me encanta", afirma. También le tiene un cariño especial a las joyas hechas con vidrios erosionados por el mar, ya que el proceso de recogerlos la conecta con su infancia.

 

Para Claudia, el cambio comienza con pequeñas acciones. "Cuidar la naturaleza es nuestra responsabilidad. Cada pequeña acción cuenta: reducir el uso de plásticos, reciclar correctamente, limpiar el medio natural. No se trata solo de limpiar las costas, sino de evitar que los residuos lleguen allí".

 

Con AURARTE, Claudia demuestra que el arte puede ser un agente de cambio, y que incluso los desechos pueden transformarse en algo bello y con significado. "El mar devuelve nuestra inconsciencia en forma de piedras preciosas", dice la ilustradora Paula de Son Humanita, una frase que Claudia ha hecho suya y que resume el alma de su proyecto.

AURARTE, la firma de joyería que transforma residuos en arte y conciencia ambiental

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