El verano implica también la llegada del calor y, con ello, las olas de calor y la subida de las temperaturas. Es importante que estemos preparados para esos días en los que las temperaturas suben por encima de lo que estamos acostumbrados.
Un problema en verano es que siempre tenemos en cuenta a las personas, pero olvidamos a las mascotas, que sufren del calor tanto como nosotros. Los más afectados por esto suelen ser los perros y los gatos, ya que, en estas épocas, hasta en las casas se encuentran expuestos a las temperaturas extremas y se ven obligados a buscar los rincones más frescos.
Si es bien cierto que los animales tienen unas formas diferentes a nosotros de sufrir las altas temperaturas, hay una creencia generalizada de que no requieren ningún tipo de cuidado especial en verano. Esto es algo que puede variar según la especie, tamaño y edad. Los cachorros, los perros de mayor edad o los que sufren de sobrepeso son más sensibles y requieren de más atención y cuidado ante el calor.
Ahora bien, existen unos consejos generales que pueden aplicarse a cualquier especie de perro, independientemente de cuál sea su edad o tamaño. Tenemos cinco recomendaciones en total, las cuales se pueden aplicar tanto en los paseos como en la estancia de la mascota en el interior del hogar, aplicable también para gatos.
Todos sabemos que los paseos son el momento del día favorito de los perros. Sin embargo, puede convertirse en un infierno si obligamos a nuestra mascota a caminar con altas temperaturas. Esto puede provocar daños en sus patas, fatiga y hasta golpes de calor.
Por ello, se recomienda que los paseos se efectúen a horas en las que el sol no es un peligro. Una buena recomendación sería ir por la mañana temprano, alrededor de las 8:00-9:00, cuando el sol todavía no se encuentra en alto. Otra opción sería al final del día, por la noche, a partir de las 22:00, que es cuando apenas queda luz.
Ya sea fuera o dentro de casa, las mascotas deberán disponer siempre de un bebedero que tenga agua fresca y limpia, pues esto les ayudará a refrescarse durante las altas temperaturas.
En el caso de los paseos largos, es recomendable llevar con nosotros alguna botella o bebedero portátil, de forma que siempre contará con refrigerio si vemos a nuestro compañero muy agitado o cansado.
Aunque esto es algo que ya se ha tratado en el primer punto hablando acerca de los paseos, es importante hacer un inciso importante sobre el suelo, ya que muchas personas suelen pasarlo por alto.
Hay que tener en cuenta que los perros no disponen de ningún tipo de calzado, por lo que sus almohadillas contactan directamente con el suelo. Las aceras suelen tener materiales que no se calientan en exceso, pero hay que tener cuidado con zonas de asfalto. Una buena opción de comprobar si el suelo es apto para nuestro perro es colocando en el suelo una de nuestras manos. Si en 10 segundos o menos tenemos que levantarla significa que no es recomendable llevar a nuestra mascota por ahí.
Hay que cuidar muy bien a nuestras mascotas en estas épocas de año, pues una subida radical de su temperatura corporal puede ocasionar un golpe de calor con daños irreversibles. Por ello, es importante saber que algunos de los síntomas de golpes de calor son:
Aunque parezca lo contrario, hasta los animales más peludos no sufren calor por su pelaje en verano. De hecho, es todo lo contrario, ya que este les ayuda a regular las temperaturas. Si uno simplemente corta el pelo de sus mascotas hará que pierdan esa regulación natural del calor, lo cual puede ocasionar problemas grandes a la larga.
Como mucho, se recomienda asear a la mascota, es decir, cepillarla con regularidad y cortar las partes de su cabello que necesiten más cuidado, pero sin llegar a raparla en su totalidad.