Su construcción nace de un proceso que refleja la herencia y la maestría de Ferragamo, combinando tradición e innovación en una auténtica obra de arte y estilo. Cada etapa de elaboración se cuida hasta el más mínimo detalle para ofrecer un producto único y exclusivo. Sus líneas limpias, sus finos detalles, la calidad de sus materiales y su cómodo ajuste son los elementos distintivos de Tramezza.
Tramezza toma su nombre del componente fundamental del zapato: una gruesa pero flexible capa de cuero que se inserta entre la plantilla y la suela. La llamada Tramezza, tiene la finalidad de hacer que el zapato sea duradero y resistente, pero al mismo tiempo flexible y cómodo. La Tramezza, hecha de un material natural, puede amoldarse a la forma del pie y memorizar su huella.
Además, la confección incluye el uso de un elemento de soporte de acero colocado bajo la Tramezza -el cambrillón (en italiano «cambrione»)- patentado por Salvatore Ferragamo en la década de 1920 como solución innovadora para dar estabilidad al zapato en el arco del pie.
En este zapato, la pala se une a la suela mediante un doble cosido, combinando un sistema de ensamblaje que incorpora tres capas de cuero (plantilla-cuero-suela), con una altura total de doce milímetros. A continuación, la suela de cuero es moldeada y acabada a mano por hábiles artesanos, definiendo el perímetro directamente sobre la horma.
Por último, el zapato Tramezza puede personalizarse mediante la impresión por punzonado de las iniciales del cliente.
La línea Tramezza incluye el estilo Oxford con cordones clásicos u ocultos, con pala lisa o tipo brogue, el mocasín o el doble tira. Fabricados en piel de becerro, el color se aplica a mano para dar un efecto sombreado y artesanal.
La fabricación del zapato Tramezza consta de 160 pasos: requiere muchas horas de trabajo de un grupo de artesanos cualificados.
La selección de materiales es un momento crucial: se eligen pieles finas y materiales de alta calidad para garantizar no sólo la estética, sino también la funcionalidad y la durabilidad. Una vez seleccionados los materiales, la piel se corta con extrema precisión, ya sea manualmente o con la ayuda de máquinas. Cada pieza debe encajar a la perfección para garantizar una construcción impecable del zapato.
Las piezas de cuero cortadas se cosen hábilmente para formar el empeine. Este paso incluye el ensamblaje de varios componentes, como la puntera, el talón y los cuartos, lo que requiere una gran habilidad manual.
La parte superior armada se monta sobre una horma. La piel se estira con cuidado y se moldea en la horma para conseguir la estructura deseada.
La Tramezza se inserta entre la suela y la plantilla. Este componente no solo aporta estabilidad y estructura, sino que también mejora la durabilidad y el confort del zapato.
La caña se coloca entre la Tramezza y la suela, precisamente bajo el arco del zapato. Este componente suele ser de acero.
La caña se coloca entre la Tramezza y la suela, precisamente bajo el arco del zapato. Este componente suele ser de acero.
Tras el montaje, el zapato se somete a un meticuloso acabado. Se alisan los bordes, se aplican tintes y pulimentos, y se examinan cuidadosamente todos los detalles estéticos. Cada zapato se somete a un riguroso control de calidad. Los expertos comprueban la simetría, la calidad de las puntadas, la fijación de la suela, la precisión de la inserción de los cordones en los ojales y el acabado general, garantizando que cada par cumpla los estándares de Ferragamo.