El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Ferrol, Carlos Suárez-Mira Rodríguez, dictó a ayer un auto de prisión provisional comunicada y sin fianza para Óscar José Ferreño Fraga por un delito de asesinato.

El fiscal le imputa un delito de asesinato y la defensa trata de demostrar que fue un homicidio

El autor confeso de la muerte de la joven Iria García Bouza, su exnovia, el pasado lunes al lado de su casa, en Xuvia, fue puesto a disposición judicial entorno a las 11.25 horas y tras prestar declaración por espacio de 50 minutos, el juez competente en Ferrol en materia de Violencia de Género ordenó su ingreso en el penal de Teixeiro.

Según informó posteriormente su abogado, Víctor Bouzas, el imputado relató su versión de lo ocurrido el día de autos, asegurando que la muerte de su exnovia se produjo en el curso de una discusión.

En este sentido, y siempre según la información facilitada por su defensor, Ferreño declaró que ese día por la mañana se habían encontrado en una farmacia y quedaron en verse después de comer. Él se desplazó a la plaza de San Roque, en Xuvia, en su moto y la escondió, debido a que los padres de ella no aceptaban esa relación, y se sentó en un banco. Cuando la vio por la ventana de su casa le hizo una seña para que bajara y se encontraron en el solar vacío en el que después ocurrió la tragedia.

discusión y forcejeo

El abogado Víctor Bouzas explicó que el imputado continuó su declaración diciendo que se entabló una discusión entre ellos por la denuncia que Iria había presentado la semana anterior y que llegaron a forcejear. En ese momento, y según su versión, su exnovia le dio una patada, y él la agarró por los pelos, sacó la navaja y salió huyendo, mientras ella quedaba tendida en el suelo en posición decúbito supino.

Al parecer, hay testigos que ya prestaron declaración en la Comisaría de Policía que lo vieron salir corriendo con las manos ensangrentadas.

Óscar Ferreño manifestó que acto seguido tiró la navaja al río Xuvia y se marchó en la moto, que guardó en el garaje de su casa, en Brión, para después esconderse en el monte. Según dijo, estuvo observando el amplio despliegue policial en su búsqueda desde un lugar en el que existe un depósito de agua y sobre la una de la madrugada decidió entregarse.

Con esta intención se acercó a la casa de sus padres, que residen también en Brión, y le pidió a su progenitor que lo llevase a la Comisaría. Al parecer, fue el padre el que decidió llamar personalmente a uno de los policías que ya habían estado en su casa búscandolo y que minutos después fue el que procedió al arresto.

El arma con la que cometió el crimen es un navaja plegable de hoja muy afilada, de las que utilizan los electricistas y carpinteros, según declaró Órcar Ferreño. Buzos de la Armada rastrearon el pasado martes el cauce del Xuvia en la zona en la que el imputado dijo haberla arrojado, pero no consiguieron localizarla.

El hallazgo del arma resulta fundamental para determinar cómo se produjeron los hechos.

estancia en el juzgado

El autor confeso de la muerte de Iria García Bouza fue subido por la Policía Nacional desde los calabozos del sótano a la cuarta planta del Palacio de Justicia en el ascensor.

Ferreño iba esposado y se cubría la cabeza con la capucha de la sudadera, con la supuesta intención de esconder parte de la cara de las cámaras de televisión y los fotógrafos, desconociendo que ahora ya no se pueden sacar imágenes en el interior del edificio judicial.

Durante su estancia en el Juzgado, un pequeño grupo de amigos de la víctima permanecieron a la espera, algunos con lágrimas en los ojos, y solo cuando salió de la sala de audiencias en la que había declarado algunas voces gritaron: “asesino, ¿por qué la mataste?.

Los Ayuntamientos de Narón y Neda están organizando, junto con el club motorista Os Fojeteiros, al que pertenecía Iria, un homenaje a la víctima que posiblemente se celebre la próxima semana. n