El informe toxicológico realizado a Diego Bello confirma que el joven coruñés que murió en enero a manos de la Policía de Filipinas en una presunta operación antidroga, no había consumido estupefacientes “en los últimos seis o siete meses”.
Así lo trasladó ayer la familia, que también precisó en declaraciones a la agencia Europa Press que ahora están a la espera de que les revelen los resultados de la autopsia que se le realizó al cadáver de Diego Bello después de ser repatriado a España procedente de Filipinas.
Sobre los datos que pueden aparecer tras el análisis del cuerpo, los familiares del joven coruñés aseguran que confían en que los resultados que pueda aportar, sumados a las “conclusiones de las investigaciones”, les permitan esclarecer “quién lo mató”. De este modo, la familia de Diego Bello ve que se está reforzando la línea de la tesis que mantuvieron desde el primer momento.
Otros motivos
Y es que tanto los familiares como los amigos de Diego Bello descartaron desde el primer momento que, como sostenía la Policía de Filipinas, el joven coruñés estuviese vinculado al tráfico de drogas –de hecho, los agentes filipinos basaron su relato en asegurar que el chico era un peligroso narco y que había disparado contra ellos– y relacionaron su muerte con otros motivos.
Acerca del informe toxicológico realizado en España, efuentes de la familia explicaron que se analizaron “siete centímetros de cabello para determinar si Diego había consumido drogas en los últimos seis-siete meses”. “Han analizado heroína, ketamina, cocaína, derivados anfetamínicos, cannabinoides y metadona”, certificaron. “Todas estas pruebas han dado negativo”, resumió sobre el contenido del análisis el hermano de Diego, Bruno Bello, para quien esto les permite afirmar “con rotundidad” que su familiar “nunca consumió drogas y era persona sana y limpia”, remarcó el joven.