Hace un año comenzó la retirada de la vidriera de María Pita para su sustitución por otra pieza en la que no estuviese presente un escudo preconstitucional y el reemplazo está lejos de devolver a esta zona del palacio municipal su esplendor.
El Ayuntamiento adjudicará en los próximos días el contrato de asistencia técnica para la redacción del proyecto de restauración de la cristalera. Este es uno de los trámites que tuvo que hacer el actual grupo de gobierno para resolver esta cuestión, pero no el único.
De manera paralela se comunicó al adjudicatario de la actuación de restauración de la vidriera la extinción del contrato que había encargado el anterior grupo de gobierno y que resultó ser insuficiente ya que no incluía la mencionada asistencia técnica.
La empresa tendrá un plazo para presentar alegaciones pero en María Pita ya trabajan en la otra línea para intentar agilizar esta actuación y devolver lo antes posible su estado habitual a la zona.
La renovación de esta vidriera fue una actuación que la Marea anunció al principio de su mandato pero no fue hasta pocos meses antes de las elecciones municipales del pasado mes de mayo cuando se comenzó a ejecutar la obra.
A los trabajos previos de instalación de una línea de vida y cubrición de los elementos que hay bajo la cristalera, entre los que está la escalera real del palacio de María Pita, les siguió la retirada de los cristales y su traslado a Madrid, donde la adjudicataria llevaría a cabo los trabajos.
Una vez que las piezas estuvieron allí surgieron los primeros problemas. El estado en el que se encontraban numerosos cristales era peor del que se había señalado primero.
Esto, además de la ausencia de la asistencia técnica para la restauración, provocaron que la empresa indicase la imposibilidad de completar los trabajos que se le habían encomendado. El presupuesto para esta actuación superaba los 60.000 euros, a los que ahora habrá que sumar la cantidad que implique la asistencia técnica que hay que hacer previamente.