El avistamiento en el lugar pobrense de Lesón de un ejemplar felino que pudiera corresponderse con un lince ibérico ha despertado el interés y la curiosidad de biólogos que trabajan en el ámbito nacional, sobre todo en el estudio de poblaciones de estas especies en diferentes lugares de la península ibérica, como la comunidad de Madrid. Varios de esos expertos indicaron que la persona que tiene la oportunidad de verlo no se equivoca en su identificación debido a sus rasgos característicos, sobre todo en la punta de las orejas y en su barba. Pese a que no es habitual verlo por Galicia, en donde los organismo oficiales no tienen constancia de que haya alguno, pero señalan que tampoco estaba probada su existencia en Madrid y se pudo extraer ADN de excrementos que permitieron localizarlos en varios puntos y elaborar una zona dibujada para establecer sus itinerarios.
Esos biólogos, que se pusieron en contacto con este periódico, apuntan que merece la pena investigar, pues señalan que el estudio de ese ejemplar sería muy interesante y de gran valor por lo poco común que resulta verlo por la comunidad gallega, por lo que no descartan que se puedan desplazar a la zona para comprobarlo. Además, apuntan que desarrollaron el procedimiento para determinar la existencia de poblaciones de lince, haciendo recorridos por la zona en la busca de excremento para analizarlos, además de efectuar seguimientos mediante rastreos, para luego extraer el ADN y comprobar si se trata de un lince o no, aunque al estar a la intemperie en muchas ocasiones se pierde la información al no mantenerse las células del felino. Eso mismo que ya hicieron en Madrid lo tratarían de desarrollar en A Pobra.
Del mismo modo, indican que quien lo avistó seguro que tuvo tiempo suficiente para verificar sus características, que lo hacen inconfundible -lo pudo observar de cerca gracias a la utilización de un telescopio- pues su presencia no es fugaz, sino que permanece en un sitio sin moverse, como un depredador, y se marcha cuando lo descubren. Señala que, aunque hay constancia de algún lince que realizó un largo desplazamiento entre los Montes de Toledo a Ourense y luego a Oporto, estos biólogos sostienen que no son tan viajeros, y sus sospechas apuntan a que se trate de poblaciones que hayan criado en la zona, precisando que pueden estar toda una vida en un sitio sin ser vistos. Lo que si descartan es que se trate de algún ejemplar liberado del centro de cría en cautividad, pues en ese caso llevaría un collar radiotransmisor que permitiría su localización, algo que no se produjo.
De todas maneras, también hay algún biólogo que ya ha realizado trabajos de otro tipo en la zona, como con jabalíes, y que mira el asunto con recelo y es partidario de “un erro de apreciación”, aunque a continuación afirma que no se puede descartar nada.
Manifestó que “comentáronnolo e, aínda que é pouco probable, non é que sexa imposible, imos miralo por curiosidade e para satisfacer e resolver unha incógnita que está na sociedade”.
De todas maneras, considera que se hace necesario realizar “unha sondaxe” para comprobar lo que está pasando, para lo que recurrirán en próximos días a técnicas de seguimiento a través de metodología tecnológica que permita verificarlo.