Una serie de contratos de permuta “atípicos”, la quiebra de la constructora Naiguata y un préstamo solicitado por su administrador, Manuel Gómez Landeira, concedido por Monelos Aparcamientos, de Antonio Fontenla. Son solo algunos de los ingredientes que ha llevado a 21 propietarios de unos terrenos en la avenida de Rutis, en Vilaboa (Culleredo) a quedarse con “una mano delante y otra detrás”: sin terreno, sin el piso prometido y sin la indemnización reconocida en los tribunales. Por ello, se agarran a una última esperanza en forma de juicio: denunciar por estafa a Gómez Landeira.
Su abogado, Manuel Ferreiro, explica que hace catorce años, el constructor se interesó por sus fincas para edificar. Consiguió que los dueños le permutasen sus propiedades a cambio de un piso en la urbanización que construiría en un futuro. Un acuerdo “atípico ya que carece absolutamente de garantías jurídicas para los propietarios”.
Aunque la firma tuvo lugar en 1999, no fue hasta 2008 cuando saltaron las alarmas. El hijo de una de las familias se interesó por su propiedad y descubrió que estaba a nombre de Naiguata. Un año después, descubren que todos estos terrenos han servido como garantía hipotecaria para un préstamo de un millón de euros que le concede a Landeira el expresidente de la Confederación de Empresarios de Galicia.
Ferreiro pone el acento en lo “llamativo” que resultan las circunstancias que se dan entorno a este préstamo: Naiguata está en quiebra técnica cuando lo solicita y Monelos Aparcamientos “también estaba en situación de quiebra”. Resulta “cuestionable” también que la segunda ejecutase dicho aval “solo seis meses después”. Por medias, un juzgado condena al constructor a pagar 60.000 euros a cada uno de los propietarios, condena que no cumplió.
Ferreiro indica que quieren que el juzgado “aclare la lógica de dicha operación”. En esta línea, el letrado indica que, en el caso de que se demuestre que este préstamo “fue simulado”, serían “responsables los dos” y no descarta incluir en la demanda a Fontenla. n