El Gobierno municipal espera que a mediados de septiembre estén en marcha las negociaciones con la oposición en torno al presupuesto del próximo año.
Este es el marco temporal con el que trabaja el equipo de gobierno, que encargó a los responsables de sus diferentes áreas que en la primera semana del mes que viene, o máximo en la segunda, tengan preparados sus cálculos de necesidades y gastos para ensamblar un proyecto presupuestario sobre el que negociar.
La falta de personal municipal en agosto dificulta que las previsiones económicas para el próximo año puedan estar listas antes, pero el equipo de Inés Rey quiere que la segunda o tercera semana de septiembre se den los primeros contactos con la oposición.
Al ser un gobierno en minoría, el Partido Socialista necesitará el apoyo del Partido Popular o de la Marea Atlántica en el salón de plenos para sacar adelante las cuentas ya que son los que le aseguran la mayoría, caso contrario a lo que sucede con Ciudadanos y el BNG.
Con este panorama y tras los acuerdos de gobierno de hace un mes con la el BNG y la Marea, el PSOE deberá revertir la situación del mandato pasado y que sean los mareantes los que les den su respaldo.
Esto dependerá de las negociaciones que mantendrán ambas formaciones, que está previsto que se hagan a través de una comisión bilateral. La Marea ya dejó claro que su apoyo dependerá de la inclusión de proyectos que dejaron pendientes como los presupuestos participativos, el polideportivo de O Castrillón, el derribo del viaducto de la ronda de Nelle y otros en marcha como la renta social.
Si esto se respeta y quizá se incluyen otras propuestas de la Marea, el Gobierno local no debería tener muchas dificultades para sacar adelante el presupuesto. Inés Rey aseguró que negociaría con todas las formaciones presentes en la corporación municipal, pero de entrada un acuerdo con el PP parece complicado. como ya sucedió para la formación de gobierno. Diferente es la situación del BNG, con el que hay bastante sintonía y cuya reducida presencia en María Pita facilitará su respaldo.
Además de atender a peticiones de la Marea, el Gobierno local también deberá establecer claramente sus directrices en el presupuesto ya que la elaboración del documento es tarea y responsabilidad suya y un instrumento esencial para traducir su programa en hechos.
Fin de una racha
Un aspecto primordial para el nuevo Gobierno municipal es que la ciudad cuente con un presupuesto nuevo a 1 de enero, algo que no sucede desde 2015.
La Marea Atlántica no fue capaz de hacerlo en sus cuatro años de mandato ya que en 2016 y 2017 las cuentas no estuvieron listas hasta mayo, mientras que en 2018 fue en febrero, a pesar del apoyo sin trabas del PSOE y este año el presupuesto está prorrogado.
Más allá de cuestiones de imagen, que el nuevo presupuesto esté disponible el 1 de enero es fundamental para que la gestión del Ayuntamiento sea más eficaz y que los proyectos, ayudas y pagos se realicen de manera adecuada en el tiempo. No cumplir con estas circunstancias fue uno de los principales problemas y motivo de críticas que sufrió el anterior equipo de gobierno, que recibió muchas quejas por sus cifras de ejecución.