La cuarta jornada de búsqueda de Juan Bedoya y su hija Patricia, arrebatados por una gran ola el pasado lunes cuando se encontraban en los acantilados cercanos al faro de A Frouxeira, en la parroquia valdoviñesa de Meirás, se cerró ayer al anochecer sin resultado positivo.
A diferencia de los días anteriores, los equipos que integran el operativo vivieron un sobresalto cuando algunos integrantes del mismo vieron desde tierra dos bultos en el mismo lugar en el que se produjo la tragedia, que creyeron podría tratarse de los desaparecidos.
De inmediato se dirigieron a ese punto uno de los helicópteros que participan en la búsqueda y una embarcación de la Guardia Civil, constatando tras un minucioso rastreo que era una falsa alarma.
El equipo de buceadores de la Policía Autonómica que durante estos tres días estuvo desplazado en Meirás tampoco pudo sumergirse ayer, debido al estado del mar, si bien se prevé que hoy pueda hacerlo, por las previsiones de mejoría que se apuntan únicamente para esta jornada.
Según la información facilitada por Salvamento Marítimo, el helicóptero “Hemiler 209” se incorporó a la búsqueda a las 10.30 horas, sobrevolando el tramo entre punta Frouxeira y Estaca de Bares.
Por su parte, la lancha de Salvamento Marítimo “Salvamar Shaula”, que tiene su base en el puerto de Cariño, revisó la costa desde este localidad hasta Punta Frouxeira, en su recorrido de ida y vuelta. Participó, asimismo, la embarcación “Cuco”, perteneciente a la Guardia Civil.
Mientras tanto, por tierra se desplegaron alrededor de cincuenta efectivos, pertenecientes a las agrupaciones de Protección Civil de Valdoviño, As Pontes, Narón y Mugardos, que se distribuyeron entre las playas de Campelo, Meirás, Valdoviño, Pantín y Vilarrube. Ayer se les sumaron los voluntarios de Cedeira, que se encargaron del resto de los arenales hasta Cariño.
Al igual que en las jornadas anteriores, también participaron miembros de la Guardia Civil, la Autonómica y la Policía Local.