creado con miles de mantas tejidas por todo el mundo y extendido sobre el patio de una cárcel de máxima seguridad cercana a Pretoria, Sudáfrica descubrió ayer un retrato de más de 7.000 metros cuadrados de Nelson Mandela, que es visible desde el espacio exterior, con motivo de su centenario.
Los presos del centro penitenciario Zonderwater, que por un día combinaron los pantalones naranjas del uniforme carcelario con camisetas del mítico expresidente sudafricano, fueron los encargados de destapar el rostro del icónico activista antiapartheid y Nobel de la Paz. El retrato es tan grande que, a ras de suelo, es imposible distinguir la silueta de “Madiba” (como se conoce popularmente a Mandela en Sudáfrica), pues está compuesta por cuadros de tela en blanco y negro y encuadrada en los tonos multicolores de la bandera de Sudáfrica. Para ver a Mandela hay que subirse a un helicóptero o apuntar al corazón de la nación austral africana con uno de los tres satélites que ayer tomaban imágenes especialmente para el evento.
Los presos no eran ajenos a la obra, considerada el retrato hecho con mantas más grande del mundo, sino que muchos de ellos participaron en su confección e incluso aprendieron a tejer lana específicamente para poder formar parte del proyecto. “Me sentí inspirado. Tenía que hacer algo por mi comunidad, por la gente a la que perjudiqué. Ahora que he llegado a esta edad al menos puedo hacer algo para en devolución. Si algo aprendí en la vida es que el amor no es amor hasta que no lo entregas”, dijo Lucas, uno de los reclusos involucrados en el proyecto. “Ya no soy la misma persona que era antes y soy libre. Puede que vista de naranja pero soy libre y este proyecto era mi oportunidad de devolver algo” a la sociedad, agregó.
Lucas, que lleva casi diez años encarcelado, tejió 35 mantas. Algunos de sus compañeros terminaron incluso más. En la confección de los materiales, que se prolongó durante casi un año, participaron también desde alumnos de escuelas a ONG, pasando por personas ciegas y fundaciones de países de todo el mundo, como España, Estados Unidos o la India. El proyecto es una iniciativa de la organización 67 Blankets (67 Mantas, dedicada a recabar estos objetos con el objetivo de donarlas después a los más desfavorecidos) y cuenta también con el apoyo, entre otros, de la Fundación Nelson Mandela y del Ministerio de Justicia y Servicios Correccionales sudafricano.
“Es exactamente lo que ‘Madiba’ quería que fuéramos: estar unidos, trabajando juntos, haciendo algo por los menos afortunados, mostrar amabilidad, compasión, humanidad...”, explicó Carolyn Steyn, fundadora de 67 Blankets e impulsora del proyecto.