Un incendio a primera hora de la mañana de ayer en una nave del complejo industrial del Grupo Caamaño, en la parroquia de Almeiras –término municipal de Culleredo–, ocasionó importantes daños materiales en las instalaciones y obligó a varias dotaciones de bomberos de diferentes parques a desplazarse para extinguir las llamas y una humareda que era visible en decenas de kilómetros a la redonda.
El fuego se declaró pocos minutos antes de las 08.30 horas, momento en el que recibió la llamada el parque comarcal de Bomberos de Arteixo, avisado por el 112 después de que varios vecinos alertaran de la gran humareda que estaban viendo.
Durante el trayecto, los bomberos, viendo la magnitud del suceso, –“una columna de humo bastante grande”–, movilizaron para sofocar el incendio al parque de Betanzos, en primera instancia, y al ver que los materiales que había dentro eran lacas, barnices y pinturas, se decidió también avisar como apoyo a los Bomberos de A Coruña.
“Había un taller con una aspiración para recoger las limaduras de aluminio y, o bien en los conductos de esa aspiración o bien un cortocircuito en los motores que lo mueven, pudieron ser el inicio del incendio”, señaló un portavoz del parque arteixán una vez que se controló el fuego, al tiempo que informó de que, además, el suceso afectó igualmente a un taller de pintura colindante y de ahí para arriba a una zona de archivo de papeles, otra de almacenaje de muebles y a la cubierta de la nave”.
Este portavoz señaló por último que, en total, habían sido unos 70 metros en tres alturas los que se vieron afectados por el incendio –que fue controlado en unas dos horas, sobre las 10.15–, mientras que el resto de las naves sufrieron daños “en mayor o menor medida por la presencia de humo”. Estas diferentes afecciones hicieron que los trabajadores del grupo se incorporaran paulatinamente a sus puestos de trabajo –al ser tan temprano no había apenas personal dentro cuando se declaró el fuego– a excepción de los de las zonas más afectadas, que al menos ayer no sabían cuándo podrían volver.
Por su parte, el primer teniente de alcalde de Culleredo, José Ramón Rioboo, presente en todo momento en el lugar de los hechos, confirmó que los daños estructurales eran importantes, al tiempo que desveló que los propios técnicos de la empresa calculaban, en una primera valoración, que en aproximadamente un mes se podría estar trabajando en esa zona del edificio más afectada.
Asimismo, Rioboo señaló que las dotaciones desplazadas hasta allí –incluidos medios de emergencias de Culleredo, Cambre y Guardia Civil– coincidían en que el incendio era consecuencia de algo “totalmente fortuito”.