El centro Nada es para siempre, especializado en la eliminación de tatuajes y micropigmentación con tecnología láser ha abierto sus puertas en la travesía del Orzán, sin número.
Fuentes del centro indican que hace unos años se pensaba que los tatuajes eran para toda la vida pero la tecnología e innovación médica ha avanzado en el campo dermatológico para conseguir que no sean definitivos.
“El primer paso es elegir la potencia y filtros adecuados para la piel a tratar. Después se focaliza la energía del láser en los puntos de superficie con tinta y se proyecta sobre la piel. Los pigmentos absorben la energía y estallan rompiendo la cápsula donde se encuentra la tinta. El sistema linfático se encarga de eliminar los restos de pigmentos que queden en el cuerpo” asegura Susana Frade, técnica sanitaria y directora de Nada es para siempre.
Frade señala que existen diferentes tipos de láser y tecnologías que ofrecen diferentes resultados y que se han elegido las que consiguen la eliminación.
En España se estima que más de un 25% de la población entre 18 y 35 años tiene algún tatuaje y de ellos se calcula que un 30% decide eliminarlos por desamor, por arrepentimiento o para hacerse uno nuevo.
“Tenemos diferentes casos, personas con trabajos de tatuaje muy malos y difuminados, parejas que traen a sus novias o novios para que les borremos el nombre de alguna relación anterior. O gente que se lo hizo en un momento de su vida concreto y que ahora se arrepiente”, apunta Frade