El jueves alrededor de las dos y media de la tarde la alcaldesa, Inés Rey, anunciaba el cierre desde ayer de todos los espacios de titularidad municipal, incluidas las bibliotecas.
A raíz de ese anuncio estos centros experimentaron un incremento en el número de visitantes con un único objetivo: hacer acopio de cara a la previsión de tener que pasar muchas horas encerrados en casa durante las próximas semanas.
En las siguientes seis horas al anuncio, las bibliotecas municipales triplicaron el volumen habitual de préstamo de libros, una constante que se dio en todos los centros repartidos por los barrios de la ciudad ante el asombro de sus trabajadores.
Con cada carné se pueden coger diez artículos entre libros, discos o películas, aunque los de la primera categoría fueron los más solicitados.
Los coruñeses quieren aprovechar la situación para utilizar la cultura como arma para contrarrestar el encierro forzoso y utilizaron el servicio de bibliotecas municipales, uno de los más valorados, para ello.
Desde estos espacios y también a través de sus perfiles en redes sociales se hacían llamamientos a los ciudadanos a seguir las recomendaciones y permanecer en el hogar el máximo tiempo posible, una gran oportunidad para ponerse al día con libros o películas pendientes o finalmente encontrar un hueco para aquellos que ofrecen las bibliotecas. Estos centros figuran en el listado de los espacios de carácter municipal que el Ayuntamiento anunció que permanecerán cerrados al público hasta el 27 de marzo como medida para tratar de frenar la transmisión del coronavirus y proteger también a los trabajadores de todos estos lugares, en los que el personal está en permanente contacto con el público. Pese al cierre a los ciudadanos, los trabajadores acudieron ayer a sus puestos para realizar tareas para las que en condiciones normales tiene menos tiempo.