Ayer viernes, día 10 de marzo, se cumplieron diez años de la desaparición de Yéremi Vargas, el niño de siete cuya pista se perdió hace ya una década cuando jugaba en un descampado cerca de su casa en la localidad de Vecindario, en Santa Lucía de Tirajana, en Gran Canaria, con Antonio Ojeda “El Rubio” en la cárcel de Juan Grande como principal sospechoso de los hechos.
Hace justo diez años, la familia denunció la desaparición del menor, que padecía de insuficiencia respiratoria y necesitaba de medicación. Dos días después, el 12 de marzo de 2007, hasta 400 personas participaron en un dispositivo de rastreo de los alrededores del lugar donde desapareció Yéremi.
primera detención
El 19 de marzo, la Guardia Civil detuvo a un hombre de 27 años, vecino de Agüimes, acusado de un supuesto delito de extorsión a la familia, aunque descartaron que estuviera relacionado con la desaparición.
Había pedido a la familia 6.000 euros a cambio de la liberación del niño y la investigación concluyó que lo hizo con ánimo de lucro.
Por su parte, meses después, en junio de 2007, el entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, destacó que nunca en Canarias había habido una operación policial tan amplia como la que se hizo para buscar al niño, mientras que en los primeros días de la desaparición se recibieron hasta 600 llamadas sobre el pequeño.
Ya en 2008, pasado año y medio de la desaparición, seis nuevos agentes pertenecientes a la Unidad Central Operativa (UCO) de Madrid se unieron para reforzar la investigación.
El 28 de enero de 2009, las madres de los desaparecidos Sara Morales, Yéremi Vargas y Amy Fitzpatrick repartieron en Gran Canaria 4.000 carteles con sus fotos para que los niños no cayeran en el olvido.
rechazo a una excavación
Por su parte, el 13 de marzo de 2010, transcurridos tres años sin noticias del menor, la juez del caso rechazó excavar en el jardín de la vivienda familiar de Fernando Torres Baena, el principal acusado del denominado caso “Kárate” sobre presuntos abusos sexuales en una escuela de artes marciales en la isla.
En junio de ese mismo año, los investigadores descubrieron un cráneo en un parque infantil de Santa Lucía de Tirajana, aunque más tarde descartaron su relación con la desaparición del niño y señalaron que podría ser el de una mujer muerta hacía 10 años.
La investigación, que no ha cesado en todos estos años, dio un nuevo giro cuando la Guardia Civil anunció el 3 de marzo de 2012 que tenía nuevos datos sobre un vehículo y ropa del menor, pidiendo la colaboración ciudadana esperando que estos nuevos datos contribuyeran a mantener vivo el caso a partir de algún detalle proporcionado por los vecinos.