La “sorpresa vital” del coronavirus ha dejado en el limbo al sector cultural y, sobre todo, a las salas de conciertos, que apenas han podido abrir en los últimos siete meses. Algunas, como Mardi Gras, recibieron el apoyo de sus más fieles a través de preguntas sobre como ayudar a sobrellevar la situación. De esas consultas nace la Asociación Cultural República de Mardi Gras, con el objetivo de salvar la sala y la cultura musical.
Explica el programador de Mardi Gras, Tomi Legido, que el objetivo es “buscar alternativas a lo que se considera ocio nocturno y que con una asociación cultural podemos hacer”. Se trataría, por tanto, de buscar actividades que puedan realizar en la propia sala, en horario diurno, y que incluso puedan servir para costear los gastos del local.
“Desde una asociación se pueden encauzar muchas iniciativas diferentes, positivas para mantener la sala y para que nazcan más cosas”, afirma Legido. Masterclasses con artistas invitados, actividades de formación para pequeños y adultos, “incluso formar un coro de barrio”, detalla Legido sobre las posibles propuestas.
Aniversario y recepción
La entidad nació esta misma semana, con motivo del 21 aniversario de la Mardi Gras y, en tan solo unas horas, se vieron ahogados en una marea de correos electrónicos solicitando información sobre la misma, más de cien en menos de doce horas.
Ingresar en la asociación tendrá un precio inicial de 10 euros y una cuota anual de mismo precio. La de este año se repartirá, tal y como apunta Legido, entre los establecimientos que promovieron al campaña “Apoya tu sala”: Mardi Gras, Jazz Filloa, Garufa y Baba Bar. Este último ya cerró a causa de esta crisis, pero Legido explica que le darán igualmente su parte como gesto de apoyo para sobrellevar la situación.