el esfuerzo inútil conduce a la melancolía”, ha dicho Casado tras su reunión con el presidente. Con estas palabras respondía a una pregunta referida a la moción de censura que Vox va a presentar a lo largo de este mes de septiembre. Tiene razón. No hay que empeñarse en lo imposible y esto se lo debería aplicar cuando, con insistencia, pide que Sánchez prescinda de su vicepresidente, Iglesias. Eso no va a ocurrir. Ningún presidente se avendría a prescindir nada menos que de su número dos en el Ejecutivo. Casado tampoco lo haría.
Sánchez, bajo ninguna circunstancia va a prescindir de Iglesias. En realidad no le molesta. Es verdad, que al adalid de la “gente” le gusta marcar perfil propio si es que le queda algo de de perfil. Es como un nadador agotado que de vez en cuando tiene que sacar la cabeza del agua para coger aire pero no va a abandonar la carrera. Iglesias está en el Gobierno para quedarse . ¿Quien nos iba a decir que con absoluta disciplina iba a asistir a un acto de propaganda con los perversos del Ibex? Pues ahí estaba, sin mover una ceja, sin un gesto de de incomodidad. Ahora tocan los presupuestos y los presentará junto con el presidente, cuando toda la vida de Dios esa presentación corresponde a la titular de Hacienda. Pero, ¿qué vale una foto?, se dicen a si mismos los socialistas. Si con esto se da por satisfecho el precio no es caro. Por estos motivos y algunos más, Casado debería olvidarse de su tocayo e incidir en las cuestiones de fondo. Imposible dar el visto bueno a unos presupuestos de los que no se conoce una línea lo que no significa que no se puedan apoyar apartados concretos. Con este argumento es más que suficiente, máxime cuando cada día que pasa resulta más obvio que el Gobierno no quiere pacto alguno con el PP. Quiere su apoyo pero no pactar que significa sentarse a hablar, tratar de convencer y estar dispuesto a ceder. Si alguien ha visto el más mínimo gesto por parte del Presidente en esta dirección que levante la mano.
Supongo que Casado debe sentir una pizca de melancolía después de haber escuchado a la portavoz del Gobierno una vez que el dio cuenta de su reunión con Sánchez. Casado estuvo crítico, mostró sus discrepancias y tendió la mano para cuestiones no menores. Su propuesta de una Agencia para gestionar los fondos europeos fue ridiculizada por Montero cuando países como Francia, Italia y Alemania ya la han puesto en marcha.
Su forma y maneras de pronunciarse no fueron ni ofensivas ni broncas. Es más, quedó la impresión de que algunos acuerdos podían ser posibles. Y fue Montero la que mostró casi fiereza hacia el líder de la oposición al que colocó, nada menos, que fuera de la política además de otras muchas lindezas que no se correspondían con el tono empleado por el líder de la Oposición. Montero estaba en su derecho de criticar a Casado pero no cumplió con su papel cuando con un tono agrio y bronco colocó al líder de la Oposición casi en el pelotón de los antisistema.
El otro Pablo, Iglesias, tiene razón cuando propone que los presupuestos deben negociarse primero con aquellos que auparon a Sánchez a la Presidencia del Gobierno. Es a esos grupos a los que deben convencer en primera instancia. Es lo coherente y lo razonable porque es a esos grupos a los que debe su investidura y si alguno falla ahí esta Ciudadanos que en una operación arriesgada ha encontrado un hueco en el que hacerse presente y que Sánchez va a aprovechar en un doble sentido: sacar adelantel os presupuestos y reforzar el argumentario esgrimido por Montero: Casado está fuera de la política. Amén.