Hasta en los tiempos más duros, hay momentos luminosos. Estos momentos nos los han regalado los sanitarios, la UME, los voluntarios y todos aquellos que han demostrado su solidaridad con los más débiles. Son, en su conjunto , esa buena gente que ayuda a que el mundo sea un lugar habitable. A partir de aquí, creo que la calamidad parece adueñarse de nuestro país. La terrible e insólita tormenta de nieve que ha colocado en Madrid en situación catastrófica, en otras zonas de España viene a sumarse a la llamada tercera ola del Covid. La nieve se irá y llegará el calor, pero el virus no. El virus esta ahí. Tienen razón los que aseguran que tenemos fatiga pandémica, y no es menos cierto que algunos tengamos el temor de que nos estemos acostumbrando a ver cifras de muertos que son terroríficas. Las autonomías ponen los parches que pueden. Utilizan sus herramientas legales hasta donde dan de si. Sin embargo los datos indican que no es bastante, que los contagios van en aumento. Así las cosas, algunos nos preguntamos a qué está esperando el Gobierno a decretar un confinamiento. Sólo el Gobierno lo puede hacer. El estado de alarma o sirve para tomar decisiones o si no carece de sentido. Para la famosa cogobernanza no es necesario.
Es unánime entre los expertos que solo un confinamiento puede ralentizar esta calamidad y si el Gobierno siempre se ha escudado en ellos, en los expertos, para tomar decisiones, cabe preguntarse que es lo que ocurre para que en esta ocasión no sigan sus consejos. Algo ocurre, algún cálculo debe estar encima de la mesa para tomar una decisión que parece obligada por las circunstancias y aconsejada por medios ,y epidemiólogos.
España es una metáfora de zona catastrófica. No deja de ser una catástrofe que el señor Simón diga que la cepa británica casi ni la vamos a notar después de augurar que en España habría solo unos cuantos casos de covid. Tiene su aquel que en esta situación, Podemos se dedique a sacar cabeza a costa de la Corona y que el vicepresidente de Asuntos Sociales este desaparecido. Tiene su aquel que Abalos diga que no hay que tomar decisiones impulsivas refiriéndose a un confinamiento. Detrás de la pandemia está la economía, el paro, el cierre de empresas y la devastación anímica de miles de ciudadanos que ni se atreven a imaginar el futuro. Es verdad que todo lo que esta mal puede empeorar, pero todas las circunstancias que nos rodean y nos afectan, no creen que tiene mucho de catastrófico?