El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, ha atacado este sábado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por convocar "por intereses partidistas" las elecciones del 4 de mayo, ante las que no ha hecho referencia alguna a quien optará por Unidas Podemos a esos comicios, Pablo Iglesias.
Sánchez ha entrado desde el primer momento en la precampaña de los socialistas para esa cita con las urnas ya que ha acompañado a su candidato, Ángel Gabilondo, en el acto de presentación de su campaña con el lema "Gobernar en serio".
Ha querido centrar en su respaldo a Gabilondo este acto y por ello ha advertido en el inicio de su intervención que quería hablar sólo de Madrid porque le parecía lo suficientemente importante en este momento.
De esta forma, ha dejado claro que no abordaría otros movimientos políticos de los últimos días como el fracaso de la moción de censura en Murcia, el debate de la presentada en Castilla y León, la salida de Pablo Iglesias del Gobierno o los comentarios de su aún vicepresidente sobre la actitud de Sánchez ante las desavenencias entre los socios del Gobierno por la ley de vivienda.
A nada de ello ha hecho referencia y ni siquiera ha aludido a la candidatura de Iglesias en Madrid más allá de que éste pudiera sentirse concernido por sus palabras en las que ha asegurado que Gabilondo es el único candidato que puede hacer frente a los problemas de los madrileños y el único que puede pactar "a dos manos", y en las que ha instado a huir de los extremismos.
Por tanto, el centro de todos los ataques del presidente del Gobierno ha sido Ayuso, a la que ha responsabilizado del bloqueo de las ayudas directas del Ejecutivo a empresas de diversos sectores por su convocatoria anticipada de elecciones.
Sánchez ha dado por paralizados los 600 millones de euros que le corresponden a Madrid de los 11.000 millones que aprobó la pasada semana el Consejo de Ministros para empresas, principalmente del sector de la hostelería, comercio o restauración, con el fin de que puedan hacer frente a la situación provocada por la pandemia de coronavirus.
La sucesión de reproches de Sánchez a la presidenta madrileña ha incluido acusaciones de "narcisismo" y de generar división, "infinita crispación, multitud de polarización, insultos y muchos fuegos artificiales".
Sus dos años al frente de la Comunidad de Madrid cree que han sido "un páramo" y una nula gestión, argumento que ha apuntalado recordando que en ese tiempo sólo se ha aprobado una ley para reformar la ley del suelo.
A ese "cero" ha añadido otro en soluciones a los problemas reales de los ciudadanos, una acusación que, dirigida en ese caso a los independentistas, Sánchez repitió en la práctica totalidad de los actos que protagonizó junto a su candidato Salvador Illa con motivo de las elecciones de Cataluña del pasado 14 de febrero.
"A la política madrileña le han sobrado estos dos años gritos y le ha faltado razones", ha resumido el jefe del Gobierno para plantear que ahora lo que necesita Madrid es un presidente como Ángel Gabilondo.
Él cree que es el único que puede afrontar los desafíos de la comunidad frente a los "gritos, desplantes y fotos posadas" que considera que se han visto en los dos últimos años.
Ha asegurado Sánchez que los socialistas no van a pedir que en la comunidad se vote contra alguien, sino que voten a un gobierno serio y centrado en lo importante.
Y lo importante ahora mismo ha insistido en que es la lucha contra la pandemia y el impulso de la recuperación, un camino que considera que no puede ser liderado por Ayuso después de que se haya opuesto semana tras semana al consenso de todas las comunidades, incluso las de otras gobernadas por el PP, ante las medidas necesarias para frenar los contagios.
Si Sánchez ha evitado las alusiones a Iglesias, Gabilondo sí le ha lanzado un mensaje en su intervención al señalar que él está "en la izquierda que cambia las cosas de veras" y "entre los progresistas que no gritan ni gesticulan".
En esa línea, ha pedido a todos los partidos un esfuerzo para centrarse y evitar mensajes "absurdos" sobre libertad, comunismo o ultraderecha.