La movilidad se redujo un 25% en la ciudad durante el año pasado

La movilidad se redujo un 25% en  la ciudad durante el año pasado
La intensidad del tráfico de acceso a la ciudad se calcula sobre todo en el tramo más cercano de Alfonso Molina | patricia g. fraga

A nadie se le escapa que el año pasado fue el de menos movimiento para los coruñeses. En eso no han sido diferentes que el resto de los españoles. Sin embargo, el concejal de Movilidad, Juan Díaz Villoslada, puso ayer algunas cifras sobre la mesa en la presentación del estudio sobre movilidad de año pasado al señalar que cayó un 25% para después anunciar algunos proyectos, como la creación de una zona de bajas emisiones de CO2 en el centro de la ciudad, donde se podría restringir el tráfico de ser necesario.

El propio Villoslada reconoció que la calidad del aire en A Coruña, según los medidores, no invita a pensar que estas medidas serán necesarias, sobre todo teniendo en cuenta que el año pasado, la contaminación se redujo a la mitad. “Claro que es una situación coyuntural”, recalcó el concejal que recordó que así la ciudad estará preparada para la nueva Ley de Cambio Climático.


Los técnicos de Movilidad toman como referente el tramo de Alfonso Molina que discurre frente a los juzgados para conocer la Intensidad Media Diaria (IMD) de vehículos que circulan por la ciudad. En febrero de 2020 el promedio era de 52.000, justo antes de la declaración del estado de alarma y del “Gran Confinamiento” para luego caer a los 12.000.


Si la IMD en 2019 era de 54.284 vehículos diarios, el año pasado fue de 40.381. Es decir, un 25% menos de movilidad. Pero se recupera rápidamente: en febrero de este año estaba en 36.000 y este mes ya ha llegado a los 45.000. Es decir, un 15% menos con respecto a 2019. Sobre este aspecto, Villoslada apeló a “la mayor contención” del público a la hora de moverse por Semana Santa.


Peatonalización

Las restricciones sanitarias permitieron a la Concejalía de Movilidad poner en marcha o acelerar algunas de sus iniciativas previstas. “Tratamos de ampliar el espacio público mediante peatonalizaciones, cortes de carril, zonas para corredores y calles que se van a consolidar como zonas peatonales”, recordó. La plaza de Lugo, el Cantón Pequeño y el Grande o el Paseo Marítimo son algunos de los ejemplos más relevantes de esta política.


Se trata de conseguir lo que Villoslada denomina “reparto más equitativo del espacio publico”. Es decir, arrinconar el coche en favor del peatón y del ciclista, así como de los medios de transporte público (que el año pasado, debido a la crisis sanitaria, perdió en A Coruña el 41% de sus usuarios). Para conseguirlo, el Ayuntamiento quiere optar a los fondos europeos Next Generation con proyectos como la estación intermodal. Por lo menos la parte que compete al Gobierno local, dado que la obra se realiza en colaboración con ADIF y la Xunta.


Otro proyecto que presentarán será el SimoB, un sistema inteligente de captación de datos por varios sistemas, “incluso drones” para controlar el tráfico y especialmente la distribución de mercancías, todo desde la sala de pantallas.

La movilidad se redujo un 25% en la ciudad durante el año pasado

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