La Xunta de Galicia anunciaba esta semana que los restaurantes podrían volver a abrir hasta las 23.00 horas como consecuencia del retraso del toque de queda. La medida ha sido acogida con optimismo desde el sector hostelero coruñés que, después de meses sin poder ofrecer cenas, ven en esta apertura una oportunidad para reflotar su actividad.
Pese a las nuevos requisitos, como las reserva con cita previa o los medidores de CO2, los hosteleros ven positiva esta medida. Para Manuel Souto, propietario del restaurante La.Con.Fusion supone un “respiro”. “Ya tenemos reservas para hoy y mañana –por ayer y hoy–”, comentan desde la gerencia del local en el primer día de apertura. Además, gracias a esta medida han podido recuperar a dos trabajadores que estaban en ERTE, “con lo que todos salimos beneficiados”, dice.
Sobre la nuevas medidas, en este restaurante ya cuentan con un medidor de CO2 y lo único que esperan es “no dar marcha atrás” en la desescalada.
Con la mismas expectativas reabrió ayer La Dolce. “Afrontamos la reapertura con ilusión y de manera positiva porque poder atender las cenas supone un 30% o un 40% la facturación”, señala el socio fundador de este restaurante, Eduardo Sousa. Aunque han compensado la falta de actividad por las noches con el servicio a domicilio, Sousa dice que poder recibir a los comensales en el local, y tener contacto directo con ellos, es “un alivio”.
La Dolce comenzó a recibir reservas desde el pasado miércoles, y ya tiene citas para todo el fin de semana. “La gente se nota que tienes ganas de volver”, dice el responsable del restaurante.
“Está la cosa muy parada”
Pese a las buenas sensaciones en algunos locales, el presidente de la Asociación Provincial de Hosteleros, Héctor Cañete, señala que en líneas generales “la cosa está muy parada” y que apenas había reservas para estos días.
Cañete espera que con el tiempo se recupere “el hábito de ir a cenar” y que los clientes que han perdido vuelvan a los bares.
Aún así, valora esta medida y añade que “lo importante es “ir avanzando en la desescalada”, con la apertura de algunos subsectores. Y si para ello deben de disponer de los medidores de CO2, en opinión de Cañete, “no es un problema”.