Va a resultar que lo que parecía un gesto humanitario sin precedentes por parte de Joe Biden era más bien una cortina de humo para enredar a los países y a la opinión pública en un debate que, según explica la UE, no es la clave del reparto mundial de vacunas. Por lo visto, el problema acuciante no es la liberación de patentes sino las exportaciones. Y es que lo que Biden no comentó durante su histórico anuncio de apoyo a la eliminación temporal de la propiedad intelectual de los compuestos contra el covid-19 es que Estados Unidos no tiene intención de exportar los que produce. Todo lo que sale de sus farmacéuticas se queda en el país. Igual que sucede en el Reino Unido. Mientras, la UE, la farmacia del mundo, ha llevado la mitad de su producción de vacunas a 90 países. Y no puede producir en más cantidad porque EEUU, que no es tan bueno como se pinta, tampoco permite la exportación de ingredientes clave para fabricarlas. Vaya con Biden, casi nos la cuela...