Los vinos de las Rías Baixas se encuentran en uno de sus mejores momentos, inmersos en la búsqueda de la innovación como motor del desarrollo de las bodegas. Es el caso de Altos de Torona -situada en la localidad pontevedresa de O Rosal-que acaba de poner en marcha una serie de actividades y visitas para concienciar en materia medioambiental y de sostenibilidad, dentro del proyecto sobre biodiversidad que desarrolla la explotación vinícola. Esta bodega cuenta con 94 hectáreas de viñedo, 10 variedades autóctonas y 160 especies de fauna y flora, situándola en una empresa comprometida con la calidad de sus vinos y la biodiversidad y sostenibilidad del entorno.
La tradición vinícola de la familia Gómez comenzó hace más de 30 años en Tomiño, pero su pasión por el vino se consolidó mucho tiempo después, cuando en 2002 fundaron su primer proyecto bodeguero, lo que a día de hoy es Altos de Torona, gestionado en la actualidad por una tercera generación que ha sabido mantener el respeto por la tradición y el interés por la innovación en el cuidado de la viña para el que siguen prácticas respetuosas con el medio ambiente. Está situada al sur de la provincia de Pontevedra, ya casi en la frontera con el norte de Portugal, y está considerado como el viñedo más grande de Galicia. Su ubicación, en una colina con vistas al Miño y muy cerca del mar, cuentan sus responsables que "favorece la calidad excepcional de este entorno, dando lugar a vinos de carácter atlántico, con intensos aromas frutales".
Viñedos respetuosos con el entorno
Altos de Torona es la primera bodega de O Rosal en contar con el sello de producción integrada que garantiza la sostenibilidad del proceso productivo de sus vinos a través de prácticas respetuosas con el medio ambiente para la conservación del suelo y el paisaje. Cuentan además con un ambicioso plan de eficiencia energética a través del que conseguirán hasta un 40% de ahorro energético gracias a la instalación de plantas fotovoltaicas de autoconsumo integradas tanto en la arquitectura como en el paisaje.
Entre las hileras de cepas de estos viñedos se encuentran excepcionales variedades autóctonas: Albariño, Caíño Blanco, Godello, Loureiray Treuxadura, en un contecxto de viticultura sostenible que ha propiciado que este viñedo se convierta en el hábitat natural de 91 especies de plantas y 71 animales.