“La presión actual sobre la mujer es terrible; tiene que estar perfecta y no hay mujeres perfectas”

“La presión actual sobre la mujer es terrible; tiene que estar perfecta y no hay mujeres perfectas”
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Fue en 1996, y ante la falta de información y la escasez de recursos sanitarios, cuando un grupo de padres y familiares decidió fundar ABAC, la Asociación de Bulimia y Anorexia de A Coruña. El nombre, tal y como explica su presidenta, Marina Tallón, se queda corto para designar a toda una serie de patologías que afectan a las conductas alimentarias de un 3% de las mujeres, fundamentalmente, aunque cada vez hay más hombres. Tras años trabajando en un local de Rubine, la entidad, con la colaboración de diferentes entidades privadas y públicas, estrenó en septiembre una nueva –y más amplia– sede en el Barrio de las Flores. En una de sus últimas entrevistas como presidenta de ABAC –en un mes tiene previsto abandonar el cargo–, Tallón explica el trabajo que desarrolla la asociación.

Vamos a iniciar un asesoramiento nutricional pensado para que la gente que quiere comer sano sepa lo que tiene que comer el mayor porcentaje de pacientes sigue siendo mujeres, pero, primero, hemos tratado a niños desde los 9 años y, segundo, vemos también más hombre

¿Cómo ha sido el cambio a las nuevas instalaciones del Barrio de las Flores?
Estamos encantados con el traslado a este centro porque en el anterior estábamos incómodos. Teníamos un espacio muy deficiente, con un comedor terapéutico en un sótano con luz artificial y en condiciones precarias. Esto es una maravilla porque tiene luz por todas partes y mayor amplitud.

¿A cuántos pacientes atienden en la actualidad?
En tratamiento hay ahora mismo alrededor de 70, siempre nos movemos en esos términos, 70 u 80 dependiendo de la época del año.

¿Cuál es la peor época?
Cuando tenemos más pacientes es en el último trimestre del año, justo después del verano. El motivo es que con la primavera empieza la mal llamada \“operación biquini\” –a nosotros ese término nos horroriza, pero es así–. La gente empieza con las dietas \“magistrales\” y con esas dietas \“maravillosas\”, que son un horror porque no enseñan a comer y producen unas distorsiones tremendas de la alimentación. Y es ahí, con esas dietas \“milagro\”, cuando mucha gente pierde el control. Entonces, pasada la época, llega el otoño y en el invierno aparecen y afloran los trastornos de la conducta alimentaria.

Despedida
Tras cerca de una década al frente de ABAC, Marina Tallón tiene previsto poner su cargo a disposición de otra persona en la próxima asamblea de la entidad. \“Toca porque llevo muchos años ya y hay que dar cabida a gente nueva, con ideas nuevas\”, afirma esta médico de profesión, que asegura que seguirá vinculada a la asociación y apoyando el trabajo de la dirección de la misma, pero \“desde atrás\”. \“Como presidenta yo finalicé mi etapa, ahora tienen que venir otras personas más jóvenes\”, cuenta, al tiempo que se muestra satisfecha por el trabajo, largo en el tiempo, conseguido: una nueva sede para la entidad.

Están a punto de comenzar las principales semanas de la moda en las que el tema de las tallas volverá a ser el foco de atención. ¿Les afecta?
Sí, porque en la época actual la presión sobre la mujer es terrible. La mujer tiene que estar guapa, delgada, tiene que atender a los niños, la casa, trabajar... En una palabra, tiene que estar perfecta. Y no hay mujeres perfectas. Entonces, ¿quién y qué triunfa? Triunfa el aspecto físico, la moda. Claro, cuando uno no entra en las tallas que hay en los comercio se ve que está \“outfashion\”, fuera de lugar en una palabra. Y ahí empiezan los trastornos y eso nos afecta terroríficamente. Y nosotros tenemos que pelear porque tengan un aspecto saludable. Comer sano, hace ejercicio físico y vivir tranquilamente, sin mas, eso es a lo que nosotros aspiramos.

¿La crisis afecta a la hora de alimentarse?
Afecta porque comer sano cuesta dinero y muchas familias tienen problemas en estos momentos. No se come sano porque no se puede pagar. Nosotros lo vemos en el centro. Como no somos una ONG, también tenemos ayudas y becas para gente con pocos recursos. Y tiramos muchísimo de esas becas porque la gente no tiene recursos.

¿Cómo ha variado la situación de las personas que sufren trastornos de la conducta alimentaria desde la fundación de ABAC hasta ahora?
Los trastornos existen desde siempre, lo que pasa es que ahora se diagnostican más porque se estudiaron más, lo que hace que haya gente mejor preparada y mejor formada. Cuando nosotros comenzamos en el año 1996 estaban como muy estereotipados dos tipos de trastorno de conducta alimentaria: la anorexia y la bulimia. Ahora no. Los diagnósticos son mucho más complicados y elaborados. El diagnóstico no es tan fácil, no hay trastornos absolutos de anoréxicos o bulímicos, sino rasgos mezclados de unos a otros que se llaman no específicos.

¿Afecta tanto a mujeres como a hombres?
El mayor porcentaje de pacientes sigue siendo mujeres, nosotros diagnosticamos más y se trata a más a pacientes en la época de la adolescencia, desde los 14 años hasta los 22. Pero lo que hemos visto es, primero, que hemos tratado a niños desde los 9 años y, segundo, vemos también más hombres. Y, tercero, a muchas mujeres de edad adulta, a partir incluso de los 40. Por lo mismo que comentaba antes de la presión social, ahora hay muchos matrimonios rotos, que se separan, y las mujeres tienen que volver a estar guapas, delgadas, tienen que trabajar, atienden a sus hijos, y toda esa presión a veces eso se trasforma en un trastorno de la conducta alimentaria porque tiene que adelgazar.

¿Y el perfil social?
El perfil es de gente lista, muy metódica, que a pesar de estar en una condición física deplorable sigue estudiando y sigue sacando unas notas maravillosas.

Afirma que ahora se diagnostican más casos, ¿cómo se detectan?
Tenemos pacientes que lo detectan sus familias porque cambian sus hábitos alimenticios y cambian su conducta en la mesa; lo detectan los médicos de familia y también tenemos muchos pacientes que se detectan en los colegios. Hacemos muchas campañas de prevención en los colegios para enseñar a los profesores a detectar esta enfermedad. También amigos, parejas,... El caso es detectarlo a tiempo.

¿Y se detecta a tiempo?
Sí, porque ahora hay mucha más información. Cuando nosotros empezamos parecían apestados y la gente ocultaba que tenía un trastorno de la conducta alimentaria, y un trastorno de la conducta alimentaria es una enfermedad de las más prolongadas en el tiempo, que afectan además a toda la familia cuando es un trastorno severo. Ahora se diagnostica mejor porque la gente está más informada y formada. Y cuanto más precoz el diagnóstico mejor es el tratamiento y el pronóstico.

¿La gente se recupera?
Se recupera y se cura. Lo que pasa es que es una enfermedad larga en el tiempo, no es una neumonía. Es una enfermedad con altibajos, con subidas, con bajadas, con retrocesos... Estamos hablando de una media de diez años. Pero el que lo cumple, el que lo hace, a pesar de que a veces retrocede, se cura. Nosotros tenemos altas. Y en este momento tenemos muchos pacientes en prealta, que se irán en breve. Los que se diagnostican precozmente y los niños es mucho más rápido. Nosotros reeducamos en la alimentación, volvemos a enseñar a comer, como si fueras un bebé.

Ahora que ya están en la nueva sede, ¿cuál es el próximo proyecto en el que está trabajando la asociación?
El proyecto fundamental es la prevención. Estamos destinando muchísimos recursos a esto, porque pensamos que prevenir es curar. También realizamos campañas de divulgación para que la gente conozco la enfermedad y se diagnostique precozmente. Además, estamos en contacto con la Universidad para realizar cursos en colaboración con ellos en la facultad de psicología y en la de ciencias de la educación. Y uno de nuestros próximos restos es empezar ya con un asesoramiento nutricional para las personas que quieran saber comer.

¿En qué consiste?
Está pensado para que la gente que quiera comer sano sepa lo que tiene que comer, cómo tiene que cocinar, lo que tiene que cocinar para hacer una dieta equilibrada y sana. Además de este, vamos a iniciar un programa para tratar la obesidad y trabajamos en otro para la obesidad infantil.

“La presión actual sobre la mujer es terrible; tiene que estar perfecta y no hay mujeres perfectas”

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