El cierre de San Andrés durante los fines de semana para hacer la calle peatonal levanta pasiones y odios a partes iguales. Desde la Federación Unión Comercial Coruñesa (FUCC) aseguran que el corte al tráfico en la céntrica calle provoca el aislamiento del barrio de Monte Alto, al congestionar el tráfico y dejar como única alternativa para el coche el desvío por el Paseo Marítimo.
“No hay más que salir a la calle para ver el cabreo y el tráfico caótico que se genera los sábados y los domingos. Monte Alto está estrangulado con el cierre de San Andrés”, sostiene el presidente de la entidad, José Luis Boado, quien considera que “Panaderas facilitaba mucho el tránsito de vehículos y de los autobuses durante los fines de semana”.
Todo ello, según Boado, afecta no solo a los residentes del barrio, sino también a la actividad comercial. “No puedes lanzar una piedra sin dar soluciones previas. Hay que minimizar el impacto”, recalca.
Con un análisis previo, explica, “el tráfico de las arterias a Monte Alto es algo que se podía prever”.
Especialmente notable es el tráfico desde Salesianos hasta la plaza de Pontevedra, “que está saturado al haber cerrado las otras opciones. Es algo de lo que se han quejado incluso los ciclistas”, dice.
La Federación Unión Comercial Coruñesa todavía sigue a la espera de una respuesta por parte del Gobierno local acerca de las cuestiones de movilidad que presentaron para su posible vuelta a la mesa de negociación. La FUCC sigue en pie de guerra ante lo que consideran una falta “total de alternativas” para los vehículos.
“Estamos a favor de la peatonalización, pero no se están dando soluciones para dejar los coches aparcados”, afirma Boado. Todo ello, adelanta, va a generar “una especulación increíble en los aparcamientos privados”.
Para que la humanización de las calles sea efectiva para todos, el presidente de la FUCC propone, como ya ha hecho en numerosas ocasiones, que se agilicen las líneas de bus y se construyan aparcamientos disuasorios en la periferia, así como subterráneos en el centro. “¿Quién usa el coche en la ciudad para trabajar? Gente que vive en las afueras o en municipios limítrofes. En algún sitio tienen que dejar el coche o contar con un transporte público más ágil y mejor hecho”, concluye.