Una vez más, los vecinos de Palavea recibieron a los bomberos municipales, que acudían a extinguir el enésimo incendio que se había declarado en las viviendas abandonadas de la promoción de Epamar. El incidente tuvo lugar a las nueve de la mañana, y se localizó en el ático de uno de los portales, el 58-A. Poco después, los bomberos extinguían el fuego.
Se trata de la segunda vez en quince días que los bomberos tienen que acudir a este lugar, aunque la lista de incidentes relacionados con esta promoción abandonada, afectada por el estallido de la burbuja inmobiliaria, es mucho más larga. La de ayer consistió en un montón de ropa en llamas situada en el ático. “No había nadie en el edificio cuando llegamos, pero creemos que setá parcialmente ocupado. Está para tapiarlo”, comentó el mando de la dotación, tras haber finalizado los trabajos de extinción. Tras registrar el edificio (que tenía todas las puertas abiertas) no encontraron más que algunos enseres personales, por lo que todo apunta a que el incendio fue provocado.
La intervención obligó a la Policía Local a mantener cerrada la calle para permitir el paso de los dos camiones que los bomberos trajeron a la intervención, aunque la pronta respuesta de los servicios de emergencia hizo innecesaria su utilización. “El edificio está en muy mal estado”; recalcó el mando de la dotación. En total, la intervención duró quince minutos, contando con el tiempo que se tardó en ventilar todo el humo.
Actualmente, el Ayuntamiento mantiene negociaciones con el Sareb para poder destinar estas viviendas para fines sociales, Sobre todo, para jóvenes. El Sareb, que es el principal acreedor de la inmobiliaria, recuperará el inmueble en cuanto se ponga fecha para la subasta, que paralizó el juzgado de instrucción número dos a instancias del “banco malo”. De esta manera, recuperará el valor de la hipoteca, de 6,2 millones de euros, o por lo menos parte, puesto que no está claro cuál será el valor por el que lo sacará a subasta (en un principio se señalaban 9,2 millones de euros).
Otra cuestión aparte es el portal que está permanente ocupado de forma irregular. Son dos pisos cuyos ocupantes han mantenido roces con los vecinos de Palavea, que esperan ansiosos una solución.