Sánchez remodeló su gobierno, cambiando algunas caras de los que estaban al frente de diversas carteras, por otras nuevas, debido al desgaste de algunos de sus ministros, otros pasaron desapercibidos en sus respectivos cometidos, siendo el más llamativo Ábalos, quizás por la gestión comprometida en algunas de sus actuaciones que aún colean en la política española, en especial el caso de Delci Rodríguez, más conocido por el “Delcigate” y lo que engloba su esporádica visita a España y su extraño equipaje, del que nunca se supo nada.
El caso que, esta remodelación, apenas tiene incidencia en el ejecutivo apuntando su continuidad, sin ningún otro valor para lo que resta de mandato, solo una pequeño lavado a fin de dar algo de solvencia y transparencia a la llegada de las ayudas de la Unión Europea a España, con otro gabinete que no esté involucrado en asuntos poco o nada claros para los dirigentes europeos. También es una pequeña solución para soportar el camino que resta hasta finalizar el mandato en 2023, por esta razón no quiso hacer cambio alguno en las carteras que ostenta su socio de gobierno Unidas-Podemos, para evitar caer en el abismo de la convocatoria de unas elecciones anticipadas, al perder la confianza de dicho socio, lo que será, un mal negocio para el partido socialista a tenor de los sondeos que se barajan a corto plazo.
Sánchez, procura cuidar su imagen, aunque en sus comparecencias no diga nada reseñable y de valor para sus electores y demás ciudadanos españoles. Se limita a decir más de lo mismo de lo que nos tiene acostumbrados desde el inicio de su mandato, lo que convierte su palabra en papel mojado carente de valor.
De momento le queda un tramo que recorrer en su mandato, mientras tenga la confianza de su socio protector, ahora a mitad, de camino en su mandato, no tiene nada positivo en su balanza que le ayude a repetir como cabeza de lista, quizás tampoco sea precisa su presencia, después de todo lo visto hasta ahora.
El partido, tiene que tomar las riendas ó terminará descomponiéndose. Esta remodelación, es una continuación de la primera parte de su mandato y nunca segundas partes fueron buenas, estos cambios muestran una continuidad de la política de Sánchez para finalizar su mandato. Llamativos son los nombres de Ábalos e Iván Redondo, fieles hasta la médula del presidente y seguían sus dictados conforme se les requería, han sido un calco de la política iniciada en la Moncloa por Sánchez y aquellos su correa de transmisión.
De modo, queda por saber el recorrido que tendrá esta remodelación y como se comportarán los miembros entrantes y su entendimiento con los que ya están y no son pocos en este gabinete, salvo que de cuatro vicepresidencias se pasa a solo tres, que ya son muchas, pero respetando las carteras del socio Unidas-Podemos, para evitar complicaciones a Sánchez, toda una visión de continuidad en la política gubernamental ideada por el presidente desde su llegada a la Moncloa para durar el mandato de los cuatro años con el apoyo de radicales y el socio de referencia. El tiempo que resta será un reflejo de cómo actuará el presidente y sus resultados.