Hay que ver lo poco que cuesta destruir empleo en este país y ahuyentar las inversiones productivas, basta una sentencia arbitraria, conformista ó adoptada, sobre determinados conceptos e intereses, para dejar tocada y en caída libre a una gran empresa que sostiene en Pontevedra a numerosa plantilla de trabajadores, que ven ahora peligrar su futuro y también, el de la empresa, abocada al cierre estatal, por la anulación de la prórroga concedida por el anterior gobierno de la Nación.
¿Cómo se va a pedir inversiones para esta España nuestra? Viendo lo que esta aconteciendo con una empresa puntera, la confianza no permite el instalarse, solo apremia la desconfianza presente y futura en las inversiones españolas. Hay que tener en cuenta que el dinero huye de los lugares conde la inversión no está asegurada y no respetan las reglas, refutándolas por otras según el gobierno del momento, es decir, el que llega está dispuesto con su contrarreforma a tumbar la reforma del gabinete anterior, así no hay inversor que se atreva a poner dinero para un proyecto. Crear una empresa, es complicado y difícil, abocarla al cierre, muy fácil y sencillo, basta un fallo judicial a la medida gubernamental y asunto cerrado.
¿A quién, beneficia el cierre de ENCE y que, motivos hay para ello? Dejando en la estacada a buen número de trabajadores directos y otros muchos indirectos. ¿Sé hizo un estudio medio ambiental del entorno, para cuantificar semejante solución? Es de suponer que habrá alguna solución menos traumática y no condenar al cierre de la empresa, sin más, porqué, así lo estima una sentencia impuesta, sin valorar los riesgos y peligros de su desaparición conlleva en el tejido social de la ciudad, incluidos sus trabajadores y empresas que trabajan para ENCE.
Si no hay marcha atrás, el precio será muy alto para la ciudad pontevedresa y Portugal por su parte, se brindará a la empresa para acogerla en su país con sumo gusto, cuando se trata en su ramo de una marca global, de las que apenas existen en España y con fuerte presencia en los mercados exteriores. Su valor añadido supondrá una fuerte inyección a la economía del país vecino, al crear puestos de trabajo para su producción, con una energía más barata y exigencias menores en su instalación. Todo serán ventajas para la empresa, si al final se aboca su cierre en Galicia.
De momento, se alzan las primeras voces en contra de este fallo, la Cámara de Comercio, trabajadores y sindicatos, interpretan una sentencia arbitraria contra sus intereses y los de la ciudad de Pontevedra. Habrá que esperar a los recursos de las instituciones, de la propia empresa, trabajadores y sindicatos, si todo resulta inútil, aquello se habrá acabado de la peor forma para sus trabajadores y empresas afines. Esperemos por el bien de todos se dé un paso atrás y se cuantifique el error de la sentencia, es de sabios, rectificar y de necios, obviar.