La exposición “Untold stories”, una colección con los trabajos más personales e icónicos del fotógrafo polaco Peter Lindbergh, puede verse desde hoy en el muelle de Batería tras generar una gran expectación esta semana, al acudir al pase privado y fiesta posterior personalidades como los modelos Naomi Campbell o Jon Kortajarena, entre otros.
Con entrada libre, la muestra –que visita A Coruña por expreso deseo de la futura presidenta de Inditex, Marta Ortega, a quien fotografió en su boda– permanecerá abierta hasta el 28 de febrero y cuenta con 161 imágenes seleccionadas por el propio autor durante dos años y que componen un recorrido íntimo por su trayectoria, que incluye trabajos con Kate Moss, Linda Evangelista o la propia Campbell, además de actrices como Uma Thurman, Nicole Kidman o Penélope Cruz.
“Es una exposición importante porque fue la última de mi padre. Trabajó en la selección durante más de dos años, sin comisarios. Es un trabajo muy introspectivo, su proyecto más personal”, explicaba ayer el hijo del artista, Benjamin Lindbergh, que destacó que en A Coruña la muestra “se exhibe tal y como él la concibió”.
“Nunca pedía a sus modelos que sonrieran”, apuntó el hijo del fotógrafo fallecido en 2019, y añade que “su objetivo no era tanto sacar fotos bonitas como crear una conexión con la modelo y darle toda la confianza para que se pudiera abrir y fotografiar su alma”. Su visión tolerante y cálida encandiló a muchos artistas y fue pionero a la hora de incluir una narrativa en las fotos de moda.
Concebía, explican los expertos, cada sesión o trabajo como una historia que contar y captaba como nadie “la esencia” de las personas, destaca Penélope Cruz en el libro “Raw Beauty”, especialmente creado para la exposición.
En 1988, Lindbergh se ganó el reconocimiento internacional por mostrar a una nueva generación de modelos vestidas con camisas blancas, a las cuales lanzó al estrellato. Eran Campbell, Evangelista, Cindy Crawford, Christy Turlington y Tatjana Patitz, que posaron para él en una portada del “Vogue” británico que dio la vuelta al mundo en enero del 90.
“Para Peter, todos los momentos eran instantes de magia... Antes de conocerlo admiraba su obra sin reservas, pero lo veía como un artista, sin pensar en él como persona. Llegar a conocerlo me resultó aún más fascinante”, dice Marta Ortega en el libro “Raw Beauty”.