La Policía Local detuvo el pasado fin de semana a tres sospechosos de casos de violencia de género. En ningún caso las víctimas sufrieron heridas graves aunque en una fue necesario trasladarlas al Hospital.
El primero se registró a las 03.30 horas del sábado y el detenido fue un hombre de 60 años de edad. Los agentes vieron como salía de un local del Agra do Orzán, y perseguía a una mujer para forcejear con ella. Esta no quería presentar denuncia, pero el sujeto fue detenido de oficio y enviado al calabozo.
A las 22.10 horas del domingo se produjo el segundo caso. Esta vez se trataba de un hombre de 34 años al que arrestaron en su hogar de Ramón y Cajal. Este vivía con su expareja a pesar a existir una orden de alejamiento y se estaba dedicando a destrozar una de las habitaciones de la casa. Esta llamó al policía local encargado de supervisar su situación, así que este, a su vez, llamó a un coche patrulla. Como el detenido alegaba que padecía una enfermedad mental, fue trasladado al Hospital.
El último caso se dio a las 05:30 horas de ayer en otro domicilio de la calle Industrial y el sospechoso fue un hombre de 29 años. La tía de la víctima había telefoneado al 092 denunciando que había escuchado gritos y golpes en su habitación. Al investigar, vio que sangraba por sus manos, y que las paredes había manchas de sangre.
Según explicó la presunta víctima, su pareja le había agredido durante una discusión. Fue trasladada al Hospital y su presunto agresor, a la Comisaría de la Policía Nacional en Lonzas, donde ingresó en los calabozos.