La Policía Local de A Coruña multa con hasta 500 euros a los usuarios de bicis y patinetes que infringen las normas

Las sanciones más habituales son por invasión de espacios como aceras o pasos de cebra
La Policía Local de A Coruña multa con hasta 500 euros a los usuarios de bicis y patinetes que infringen las normas
Un ciclista circula por un espacio peatonal del centro de la ciudad Quintana

Ahora que parece que la bicicleta se ha convertido por fin en un verdadero medio de transporte y no en un simple juguete o un deporte, las sanciones se han vuelto algo inevitable. “El año pasado, la Policía Local impuso más de cien multas a las personas que hacen un mal uso tanto de las bicicletas como de los patinetes”, señalaba la alcaldesa en un programa radiofónico. Algunos peatones se sienten amenazados por estos silenciosos vehículos, que parecen salir de la nada, y que muchas veces les pasan rozando, y demandan más seguridad.


La alcaldesa tiene que soportar cada vez más quejas del público, y es un asunto delicado, porque ha sido el Ayuntamiento quien más ha promocionado este medio de transporte a través de su servicio de alquiler BiciCoruña. Hechos como el que ocurrió el mes pasado, en el que un menor atropelló con una bicicleta municipal a una mujer que caminaba por la acera en el Paseo Marítimo y luego se dio a la fuga aluden por tanto al Gobierno local, y no solo porque se encuentre bajo su jurisdicción el hacer cumplir las normas de circulación.

 

 

 


Por eso Inés Rey ha querido dejar claro que los ciclistas tienen que cumplir el código de seguridad vial. “Hacemos una campaña informativa para bicicletas y patinetes: son vehículos y tienen que circular por la calzada”, sentenció. Asegura que ese más de centenar de sanciones que se tramitaron el año pasado (en ejercicios anteriores, eran anecdóticas) demuestra que la Policía Local controla que no se produzcan infracciones.

 

Las asociaciones de ciclistas critican el ambiente hostil que perciben hacia este transporte


Estas son muy variadas. Normalmente, entre las más habituales se encuentra la de no respetar las señales de tráfico como, por ejemplo, los semáforos. Para algunos ciclistas, la señal roja es una molestia que les obliga a detenerse y a hacer más esfuerzo para arrancar de nuevo, así que prefieren aprovechar la inercia y seguir adelante, si no ven a ningún coche cruzando frente a ellos.


Otro caso que se produce a menudo es la invasión de las aceras y las calles peatonales. “Son un vehículo, y su lugar está en la calzada”, señala un policía local. Esta frase, que tan a menudo se repite, parece difícil de interiorizar para algunos ciclistas, que consideran que una de las principales ventajas de la bicicleta es que puede circular por toda clase de vías. Así, es habitual ver a bicicletas en la calle Real, Compostela o Barcelona.


“Pueden ir con una bicicleta por estos sitios, por supuesto –matizan las mismas fuentes– pero no pedaleando. Tienen que bajarse y caminar con la bicicleta agarrada por el manillar”. Pocos lo hacen, sin embargo. De circular por una calle peatonal, en la que transeúntes y ciclistas comparten la calzada, a subirse a la acera, hay solo un paso, como el que ocurrió el pasado mes en el Paseo Marítimo.

 

 


En gran parte, el problema lo generan los más jóvenes, que llegan a convertir una bicicleta en un juguete, colándose por los lugares más complicados, circulando sin manos, o sobre una sola rueda. “Eso es conducción temeraria”, advierte un agente de tráfico. Mientras que la mayor parte de las sanciones rondan los 200 euros, que normalmente se reducen a cien por pronto pago, en el caso de la conducción temeraria el importe llega a los 500 euros, lo que resulta muy caro por unos minutos de diversión.

 

Al tratarse de un vehículo, una bicicleta puede verse en cualquier situación en la que estaría implicado un coche. A lo largo de los años, la Policía Local ha llegado incluso a registrar accidentes entre bicicletas cuando han chocado entre sí, como ocurrió en junio de 2023 en el Paseo Marítimo, a la altura del Millennium. Allí se cruzan dos carriles bici, y ninguno cedió la preferencia al otro. Sin embargo, existe señalización que marca preferencia peatonal y, según expertos consultados, lo apropiado es que ambas partes hubieran echado pie a tierra al encontrarse sobre una acera. Como no lo hicieron, el resultado fue el de un mujer de 72 años herida.


Incluso se pueden cometer –advierte la Policía Local– excesos de velocidad: “No está establecida, pero debe ir a ‘paso humano’ cuando comparta espacio con el peatón”.

 

CIFRAS

989 unidades

compondrán la flota de BiciCoruña este año y por lo menos la mitad serán eléctricas, las favoritas de los usuarios

37  siniestros

con bicicletas se registraron en 2023, de un total de 825 accidentes, según los datos de la última memoria de la Policía Local

1,2 millones

de usos registró el servicio municipal BiciCoruña el año pasado y se espera que este año supere con creces esta cifra

55 kilómetros

aproximadamente tiene la red ciclable, aunque solo una  parte de ella está compuesta  por carriles bici segregados  del resto del tráfico


Los VMP


A menudo a las bicicletas se suman los patinetes, con los que comparten esas características que tanto crispan al público. Su carácter silencioso muchas veces asusta al peatón, así como  el hecho de que pasen demasiado cerca para el gusto de los más aprensivos. Si desde el mes pasado el Ayuntamiento ha lanzado una campaña con los usuarios de BiciCoruña para concienciarles del buen uso de este vehículo, hace ya años que la Policía Local ha puesto un ojo a los patinetes eléctricos.


Estos cometen las mismas infracciones que los ciclistas, como cruzar los pasos de cebra sin apearse del vehículo. También en algunos casos, conducir ebrios. Un caso destacado ocurrió en febrero de hace seis años, cuando un conductor de patinete circulando totalmente borracho y por el tramo peatonal del Orzán. Por si fuera poco, la alcoholemia fue penal, de manera que la Policía Local sancionó a aquel individuo con mil euros de multa.

 


Se producen cerca de una docena de accidentes al año protagonizados por estos Vehículos de Movilidad Personal (VMP) a lo que hay que sumar los 20 que se producen cada año con bicicletas. Si se comparan con los más de 800 accidentes que se producen cada año, el número oscilaría en algo menos del 4%.


Pero las asociaciones de ciclistas consultadas señalan que la gran mayoría de los accidentes son leves. “Los ciclousuarios (como los llamo yo), cometen errores, como todo el mundo”; señala Fran García. de Mobi-liza, que señala que uno de los principales errores que cometen al circular por la calzada es mantenerse pegados a un lado en vez de circular por el centro del carril. “Esto da lugar a muchos adelantamientos imprudentes que causan accidentes”, señala García, que cree que su colectivo está siendo criticado exageradamente. “Ahora se le da más coba a los accidentes con bicicletas porque es una novedad que haya un aumento de ciclistas”, apunta. Es inevitable, según él, que el número de incidencias se vaya incrementando a medida que lo hace el número de ‘ciclousuarios’ y considera que “tendremos que ir reajustándonos al compartir el espacio público”.  

 

 

 

 


El hecho es que parece haber más problemas de convivencia entre los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) y los peatones que entre estos y los coches, quizá porque se trata de un fenómeno nuevo, o porque los espacios que comparten (como el carril bici y la acera, por ejemplo) están muy próximos y a veces se solapan. Algunos colectivos ciclistas aseguran que sienten incluso el “odio” no solo de los conductores de turismos que tienen que reducir la velocidad, sino también por los propios peatones.


Al respecto, la alcaldesa trató de romper una lanza a favor del civismo. “Como aquellos que estacionan mal o interrumpen el paso. Es una cuestión de convivencia de todos utilizar el espacio publico de manera racional y saber que hay hueco para todos y hay que seguir unas ciertas normas de urbanidad y cumplir el código de circulación”. 

 

Infracciones bicicleta
 

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