Última jornada del juicio por el crimen de Samuel Luiz. Las cinco defensas intentarán convencer al jurado popular de que sus clientes son inocentes o, por lo menos, que no son unos asesinos. Tratarán de desmentir la tesis de las acusaciones, que definen lo ocurrido el 3 de julio de 2021 como una "cacería" llevada a cabo por una "manada". Precisamente este fue el propósito de David Freire, que representa a Alejandro Freire 'Yumba'. Fue el primero en dirigirse a los nueve miembros del Tribunal del Jurado para exponer lo que para él es un "análisis racional y objetivo de las pruebas".
Este jueves solicitó que Freire fuese juzgado por un delito de homicidio imprudente. La Fiscalía pide para él 22 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento. "Les han vendido una suerte de venganza contra el acusado. A diferencia de las acusaciones, que apelan a las emociones, yo apelo a su inteligencia", señaló el letrado. David Freire explicó, en referencia a lo expresado este jueves por la fiscal, Olga Serrano, que "ayer se habló de intención de matar, y ningún testigo hace referencia a golpes. ¿Cómo podemos percibir esa reiteración si la contundencia y el número es indeterminado?". Limitó la actuación de Yumba a un agarrón por el cuello "cinco segundos" en el momento inicial y durante un "forcejeo", por lo que, afirmó: "No se puede ahogar en cinco segundos".
En la misma línea, añadió que la lesión de la víctima "está en la zona cervical, no en la garganta". "Un mataleón mal ejecutado, no es un mataleón", indicó sobre la expresión usada por el forense. Respecto a los informes periciales, que vincularon la muerte de Samuel con "lesiones acumulativas", dijo: "Las marcas son cuatro: en la frente, en la nariz, un sangrado en el labio y un golpe en la cabeza", por lo que apuntó como posible causa determinante de la muerte a este último y que atriubuyó a uno de los menores ya condenados por estos hechos.
Manuel Ferreiro, abogado de Alejandro Míguez, reconoció estar "harto" después de un mes de juicio y que "es indecente que este tipo esté aquí sentado". "Quiero creer que aquí puede haber justicia. El ojo por ojo y diente por diente está apartado desde hace años. No hay ni una prueba de que mi defendido haya hecho algo; ni golpear, ni intentar evitar que se auxiliase. No es delito llamar o que te llamen, tampoco sentarte en un banco a cantar una canción. Estoy harto de decirlo, crean las opiniones de fuera en lugar del vídeo, de verdad, estoy harto, estoy agotado".
Ante la "falta total de prueba", reconoció, "yo habría retirado la acusación", sostuvo, en referencia a la Fiscalía. Desechó el término "manada" que utiliza la fiscal: "Esto no es una manada aunque está emocionalmente bien traído; no es la manada de Pamplona donde todo estaba planificado". Recordó que ningún testigo señaló a su acusado, por lo que expuso que "una cosa es no tener empatía, ser un cobarde, y otra cosa es participar de una muerte". Para finalizar su alegato, instó al jurado a centrarse en las imágenes: "Una persona se puede confundir o mentir, un vídeo no. La verdad está en el vídeo y corrobora lo que él dice".
José Ramón Sierra defiende a Kaio Amaral. Se mostró, al inicio de su discurso, tajante: "El Ministerio Fiscal no va a poder demostrar nunca que Kaio dio una patada". Tachó, además, la transparencia del proceso. "No se está jugando limpio. Ustedes tienen que limitarse a lo que han visto; estos chavales no son una manada, ni una jauría, ni nazis que matan a judíos".
Amaral, en su declaración, reconoció que en varias ocasiones había robado objetos para, posteriormente, venderlos. "Con todo mi respeto, Kaio es un chorizo, tonto, pero sincero. Se autoincrimina contando lo del teléfono", dijo Sierra. Para Amaral, además de delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, la Fiscalía pide robo con violencia, una pena que asciende hasta los 27 años. "Hoy la justicia está en ustedes; hagan justicia, por favor", finalizó.
Luciano Prado, el abogado defensor de Katy Silva, considera que "aquí ni están todos los que son ni son todos los que están; igual que no hay veinte golpes que acaben con la vida de un chico". En su opinión, "nunca he visto a una chica que sea la jefa de la manda. Siempre se ve a la chica disgustada, llorando o aguantándole la chaqueta al novio".
El letrado anunció que dirigirá una acción penal contra Lina, la amiga de Samuel, por falso testimonio. "En el vídeo se ve que Catherine empuja a un chico para que no entre en la agresión, hasta dos veces lo hace. En el juicio, Lina dijo que Catherine le llamó a Samuel 'maricón de mierda', y eso nunca lo había dicho antes y además no es verdad porque ningún testigo escuchó eso". Prado sostuvo que sentar a Silva en el banquillo de los acusados "tiene el mismo sentido que sentar a todos los testigos que pasaron por aquí, porque ninguno ayudó a Samuel".
Sobre la agravante de discriminación por condición sexual que consta para su defendida, no entiende "por qué estamos llevando este juicio al folclore de la homosexualidad. El grupo de amigos de mi representada, el de verdad, está formado por homosexuales y transexuales. Dudo que tenga tintes homófobos". Todo ello para concluir que "tenía la esperanza de que se retirara la acusación" contra su defendida: "Apelo al sentido común y a sus experiencias vitales, porque seguramente hayan visto situaciones similares, aunque no acabaran en muerte".