Los coruñeses tienen hasta el viernes para comer una tortilla de campeonato. A partir de entonces, o desde el comienzo de febrero, todos aquellos que hayan disfrutado del producto estrella del Mesón O’Bo durante los últimos 42 años serán unos privilegiados con una ‘batallita’ que contar. Y es que el célebre local de la calle Menéndez Pelayo bajará la verja el día 31 y pondrá fin a una exitosa aventura que comenzó en pleno Mundial 82 y que se va en la carrera hacia el Mundial 2030. La noticia, adelantada por El Ideal Gallego, ha sorprendido a los clientes habituales y ha corrido como la pólvora por mensajería y redes sociales.

Le pasa a O’Bo algo que sólo pueden decir los más grandes: se va y dice basta cuando quiere, no por necesidad u obligación. Más bien se trata de un adiós por jubilación o por vacío de poder, un problema cada vez más presente en la hostelería y el comercio de A Coruña. En su día, el ourensano afincado en Betanzos Carlos González sí encontró relevo en su hija Susi, que es la que ahora ha decidido poner punto y final a una historia larga como muy pocos pueden decir en la ciudad. “Me quiero jubilar”, asevera. “Estamos trabajando todavía muy bien, pero llevamos 42 años en la brecha y había que ponerle una fecha para esto. La hostelería es muy difícil y sacrificada y no todo el mundo quiere asumirlo”, añade la propietaria del negocio familiar, que se enorgullece de haber mantenido el barco a flote en una zona rodeada de competencia. “Hay muchísima oferta, pero la gente siempre nos ha querido mucho”, dice orgullosa sobre el legado de O’Bo.

Título 

Es uno de los muchos reconocimientos que se lleva Susi González. El que le cambió el paso y marcó un antes y un después en la hostelería de la ciudad llegó en 2003, cuando se convirtió en el primer establecimiento de A Coruña en ganar el Campeonato de España de Tortilla de Patatas. Curiosamente, ahora se va con O Cabo, a escasos 350 metros de distancia, como vigente campeón. 

Pero sería injusto vincular O’Bo solamente a la especialidad betanceira. La carne ó caldeiro o los callos fueron durante años objeto de peregrinación de locales y turistas. Con la vista puesta en el futuro, desde el próximo sábado O’Bo será un establecimiento abierto a nuevos proyectos, pero también a la continuidad de quien quiera mantener el sello y la marca. “Vamos a ponerlo en alquiler y, si alguien quisiera continuar con nuestro tipo de comida y nuestras recetas, estaríamos encantados de ayudarle. Si desean coger el testigo sería estupendo”, confiesa Susi González. Vecinos durante décadas, dos iconos como O’Bo y Glaccé dan sus últimos servicios en A Coruña.