Conviven sensaciones enfrentadas entre los hosteleros de una ciudad que despide un verano que todo parece indicar que batirá todos los récords en cuanto a facturación. Así, el sector se enfrenta ahora a una cuenta atrás marcada nuevamente por la incertidumbre y despide los días de vino y rosas que llegaron de la mano del horario ampliado, pero lo hace con la certeza de haber atendido un volumen de trabajo sin precedentes y haber alimentado la caja en forma de colchón para la espera hasta navidades.
Y es que, a falta del recuento de tickets y los números definitivos en lo que a contabilidad se refiere, la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería da por hecho que 2023 superará la fiebre de liberación pospandemia de 2022, así como los datos de 2019. “La sensación es que hemos estado por encima del año pasado y con un volumen de trabajo superior a 2019”, explica el presidente de los hosteleros, Héctor Cañete. “Entendemos que este año ha sido cuando menos algo superior, como ya hacían presagiar los datos de ocupación hotelera”, añade.
El balance general de Cañete para el verano apunta a dos causas fundamentales: el tirón de las Fiestas de María Pita, así como el horario ampliado más extenso de los seis que ha concedido el Ayuntamiento hasta la fecha. “La sensación general es que el verano ha sido bueno y se ha trabajo muy bien, especialmente en la zona centro, es algo público y notorio que las Fiestas de María Pita han sido buenísimas y la ampliación de horario ha tenido su eco incluso en los datos de empleo”, sentencia en relación a una fórmula que obliga a realizar contrataciones para mantener las horas establecidas por convenio. “La contratación va directamente relacionada con el refuerzo horario”, agrega el máximo representante del sector a nivel provincial.
Fue la propia alcaldesa la que el pasado 6 de septiembre incluyó a la hostelería como una de las grandes beneficiadas del impacto económico generada por unas fiestas para la historia: sesenta millones de retorno en el mes de agosto y otros 30 derivados de los eventos celebrados. Y, en ese sentido, Inés Rey no dudó en señalar el papel jugado por la prórroga de horario de apertura durante 33 noches. “Es una medida que permite no solo que los hosteleros puedan abrir más tiempo su local, también que las personas que asisten a los diferentes eventos tengan un mayor servicio antes y después del mismo”.
Resulta una quimera enlazar dos trimestres positivos en un sector como la hostelería y muchos apostarán por el ‘cerrado por vacaciones’. “Los tres meses hasta Navidad son flojos, y en muchos casos se opta por coger vacaciones, igual que en enero”, advierte Cañete.
Además, y aunque con colchón más cómodo que nunca, el presidente de los hosteleros subraya: “Los márgenes son cortos y exiguos, no hemos podido subir el equivalente a la vida”.