Cabalgar a lomos de una moto de gran cilindrada y utilizar el alunizaje como método de allanamiento le da una capa de espectacularidad a lo que en realidad supuso un robo en muchos sentidos menor. Y es que pocas veces la infraestructura y el despliegue están tan lejos del resultado final de la operación de robo realizada en la madrugada del lunes al martes en varios locales de hostelería: unos cuantos platos, la recaudación de alguna máquina recreativa o el escaso bagaje que quedara en caja dentro del local. Ni siquiera impidieron que la mayoría de los cuatro establecimientos del entorno de San Pablo y Sinfónica de Galicia pudieran trabajar con cierta normalidad durante el día.
La Policía Nacional ha recogido varias huellas dactilares, existen grabaciones de vídeo e incluso en algunos de los bares han relatado cómo durante la tarde del lunes hubo varios motoristas curiosos dando vueltas por la zona. Así, las Fuerzas de Seguridad prosiguen su investigación de un caso que, a falta de un botín de importancia, sí supone una metodología no muy habitual en la ciudad.
La noticia, adelantada por El Ideal Gallego, generó un gran impacto en el resto del sector y provocó una ola de solidaridad, además de preocupación, entre colegas de profesión.